Las cifras sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura de Nicaragua desde 2018 son más que alarmantes: van desde 355 homicidios hasta 250,000 exiliados, desde 36 indígenas asesinados en solo 3 años hasta 185 periodistas obligados a huir del país por ser perseguidos por el régimen, pasando por cientos de presos políticos y otros tantos ciudadanos a quienes les retiraron su nacionalidad por ser opositores.
Las cifras se desprenden de un compendio que hizo el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Race and Equality), basándose en múltiples denuncias recibidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Mesa Nacional LGBTIQ+ de Nicaragua y otras organizaciones que velan por las garantías fundamentales.
Los atropellos incluyen 3,321 ONG canceladas, 8 personas LGBTIQ+ asesinadas durante la crisis de 2018 y 42 más detenidas arbitrariamente.
Los datos fueron compartidos por la organización en sus redes sociales bajo el título “Nicaragua, 5 años de crímenes de lesa humanidad”, cuando en este país centroamericano recién se cumple un aniversario más de las protestas populares que movilizaron a millares de ciudadanos que protestaron contra la dictadura de Daniel Ortega.
El régimen respondió a garrotazos y disparos y producto de ello hubo al menos 355 muertos durante la llamada primavera nicaragüense.
Desde entonces el régimen de Ortega y su mujer, Rosario Murillo, quien es su esposa, ha arremetido contra todo lo que huela a oposición, incluida la Iglesia Católica.
Uno de los casos de presos políticos más emblemáticos de la actualidad es el de monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, quien está condenado a 26 años de cárcel por acusaciones de complot contra el régimen.
El religioso se negó a salir de la cárcel para ser exiliado junto a otros 222 presos políticos, el 9 de febrero de este año, y solo un día después la dictadura lo sentenció.
Las violaciones a los derechos humanos han sido condenadas por Estados Unidos, la Unión Europea, las Naciones Unidas y varios países que han exigido el retorno a la democracia en Nicaragua.