Prometiendo cambiar el país en lo económico, tan drásticamente como lo hizo con la seguridad pública, el presidente reelecto Nayib Bukele se comprometió a “curar una sociedad que todavía está enferma” durante su discurso de toma de posesión este 1 de junio.
Desde el balcón principal del Palacio Nacional y acompañado de su esposa, Gabriela, el mandatario inició su segundo período de 5 años de gobierno con un baño de multitudes.
“Así como hicimos este país seguro, vamos a hacer este país próspero”, dijo el mandatario, mientras miles de sus seguidores aplaudían desde la Plaza Gerardo Barrios, donde el gobierno instaló enormes pantallas para transmitir los detalles de la ceremonia.
El Salvador cambió y alcanzamos lo que otros pueblos quisieran tener: un país seguro para su población. #InvestiduraPresidencial pic.twitter.com/iCiMafh0VK
— Casa Presidencial 🇸🇻 (@PresidenciaSV) June 1, 2024
Es momento de “enfocarnos de lleno en problemas importantes, empezando por la economía… y quizá en este nuevo tratamiento también haya que tomar medicina amarga. El país quiere curarse de la mala economía”, agregó.
El término “medicina amarga” lo utilizó hace 5 años, cuando asumió su primer mandato.
Como en aquella ocasión, el enfoque fue más genérico y no se detuvo en detalles de cómo lograr “el milagro” de recuperar un país que si bien ahora es seguro y las pandillas dejaron de controlar populosas zonas (hay más de 80,000 mareros detenidos desde marzo de 2022), se mantiene agobiada por una economía agobiada por los altos precios de la canasta básica, el desempleo y un espiral creciente en los precios de las viviendas.
El Salvador venció casi medio siglo de violencia sistemática alentada por la incompetencia de los gobiernos de turno en el pasado. #InvestiduraPresidencial pic.twitter.com/ihwbv9rmEE
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“Para el pueblo debe hacerse lo mejor, lo público debe ser mejor que lo privado”, sostuvo durante el mensaje con reiteradas menciones a los planes de Dios. Incluso dijo que aunque el país oficialmente es laico, él sí cree en la superioridad divina y que es con su voluntad que el país mejorará.
“También es urgente que cambiemos algo más. La idea de que nos merecemos sólo lo malo y lo feo. De quejarnos cuando las cosas cambian para bien”, añadió.
A su oposición, reducida a un pequeño grupo que sólo tiene 3 diputados en la Asamblea Legislativa que inició el 1 de mayo, Nayib se refirió como “insignificante, pero rabiosa”.
A los asistentes les hizo jurar, con la mano alzada, que apoyarían y defenderían las decisiones del gobierno que ellos eligieron.
“No es suficiente con votar, es importante defender cada una de las decisiones que se tomen, sin titubeo”, les dijo.
El arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar, ofreció una bendición para el mandatario, su gobierno y pidió por una sociedad más justa y luego lo hizo el pastor argentino, Dante Gebel, quien llamó a orar por un mejor futuro.