Nicaragua chantajea al SICA por no nombrar a Secretario General afín a la dictadura sandinista

Analistas nicaragüenses denuncian chantaje y dicen que presencia del régimen en el SICA es incompatible con el protocolo de Tegucigalpa.

Edificio del SICA en San Salvador, El Salvador.

La dictadura Ortega-Murillo de Nicaragua anunció esta semana que no ejercerá la Presidencia Pro Témpore del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y no participará en reuniones o actividades del organismo regional mientras no se elija a un Secretario General afín a ese régimen.

Esto se deriva de una carta enviada por el canciller de la dictadura, Denis Moncada al canciller de Honduras, Enrique Reina, sobre la presidencia pro témpore del SICA. Honduras actualmente ejerce esa coordinación regional.

Aquí puede ver la carta de Moncada a los miembros del SICA

La carta de Moncada, enviada el 11 de junio, expone que Nicaragua presentó una terna de candidatos para la secretaría general del SICA en noviembre de 2023 y ha solicitado reuniones con las cancillerías de los países miembros, sin éxito.

“El organismo permanece acéfalo y en estado de ilegalidad”, señaló Moncada, añadiendo que Nicaragua no participará en actividades del SICA hasta que se nombre un nuevo secretario general a partir de las ternas enviadas por el régimen al cual él le sirve.

“El Gobierno de la República de Nicaragua (léase dictadura de la familia Ortega-Murillo) transmite a los países miembros, que no ejercerá la Presidencia Pro Tempore del Sistema de la Integración Centroamericana y no participará en reuniones o actividades mientras persista este estado de ilegalidad y no se restituya la institucionalidad, con el correspondiente nombramiento del Secretario General del SICA, derecho que le corresponde a Nicaragua”, clama Moncada.

Chantaje orteguista

La carta fue calificada como “un chantaje” por el ex embajador de Nicaragua ante la OEA y exdiplomático en Estados Unidos, Arturo McFields.

McFields criticó la decisión de Nicaragua de no ejercer la presidencia pro tempore del SICA ni participar en las reuniones del organismo hasta que se nombre un secretario general propuesto por el régimen.
“Chantaje”, dice McFields

“Claramente es un chantaje de Nicaragua diciendo que no va ejercer la presidencia Pro-témpore ni va participar en las reuniones el SICA hasta que no se renombre a un secretario general del SICA propuesto por el régimen”, dijo el ex embajador.

“La presidencia del SICA es rotativa, pero la secretaria general es el cargo más importante. Nicaragua ha intentado imponer candidatos sin consenso, lo cual ha generado tensiones”, expresó el exdiplomático.

En noviembre de 2023, Werner Isaac Vargas Torres, candidato del régimen de Daniel Ortega, renunció al cargo de secretario general del SICA tras poco más de un año en el puesto.

Nicaragua obligó a renunciar a su ficha

Vargas había asumido el cargo el 11 de agosto de 2022, poniendo fin a una vacante que se mantuvo desde julio de 2021 debido al rechazo de los gobiernos centroamericanos a los candidatos propuestos por el régimen orteguista.

El periodo del secretario general del SICA es de cuatro años, y a Nicaragua le correspondía elegir para el periodo 2021-2025. Sin embargo, tras la renuncia de Vargas, Nicaragua ha enviado nuevas propuestas de candidatos para asumir la secretaría general del organismo, sin que hasta ahora se haya logrado un consenso.

Presencia de Nicaragua es incompatible en el SICA

Para el analista político Félix Maradiaga, presidente de la Fundación Libertad, la salida de Nicaragua de la OEA es incompatible con su permanencia dentro del sistema de integración centroamericana, SICA.

“¿Por qué? Conforme al Protocolo de Tegucigalpa de 1991, documento constitutivo del SICA, los países miembros deben ‘respetar los principios y normas de las Cartas de la OEA’, como lo estipula su artículo 4”, señala Maradiaga, quien fue precandidato presidencial en 2021 y encarcelado por la dictadura.

“El Protocolo de Tegucigalpa no admite excepciones a este artículo, de cumplimiento obligatorio. Al salirse de la OEA, el régimen ha puesto en serias dudas la pertenencia legítima de Nicaragua en el SICA”, precisó el expreso político de la dictadura, quien ha denunciado la ilegalidad de Nicaragua en el SICA y enviado comunicaciones a varios actores clave de Centroamérica respecto al tema.

Ese artículo también establece que la tutela, respeto y promoción de los Derechos Humanos constituyen la base fundamental del SICA y que Paz, Democracia, Desarrollo y Libertad, son un todo armónico e indivisible que “orientará las actuaciones de los países miembros del SICA”.

Según Maradiaga, “a puertas cerradas y en confidencialidad o en los pasillos de algunas cancillerías de Centroamérica, se sabe muy bien que la pertenencia de Nicaragua en el SICA es cuestionable pero por diversas razones nadie quiere sacar ese tema”.

“Creo que la opción que han preferido es lo que en ciencia política se llama “Policy of No Policy”. La política de “no política” o la política de “no acción” es un enfoque en el que los responsables de la toma de decisiones optan por no intervenir directamente en ciertos asuntos o problemas, permitiendo que las cosas sigan su curso natural”, explicó Maradiaga.

Según el politólogo y presidente de la Fundación Libertad, “este enfoque puede basarse en la creencia de que la intervención podría empeorar la situación, que el problema se resolverá por sí solo con el tiempo, o que las fuerzas del mercado y la sociedad encontrarán una solución adecuada sin la necesidad de intervención gubernamental”.

Nicaragua y el origen de Mossi en el BCIE

McFields subrayó que el problema radica en que las nuevas propuestas de Nicaragua incluyen figuras altamente politizadas y con poca experiencia en integración centroamericana, lo cual ha dificultado el proceso de nombramiento.

Además, recordó que en 2018, Nicaragua fue rechazada para la presidencia del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) debido a las masacres ocurridas ese año, lo cual muestra un patrón de confrontación entre el régimen de Ortega y los mecanismos de integración regional.

De acuerdo a McFields, al ser rechazada Nicaragua de liderar el BCIE, entró en un acuerdo con Honduras para apoyar a un candidato en común y así surgió Dante Mossi, a cambio de ciertas concesiones a Nicaragua.

Mossi se convirtió en el gran financista de la dictadura hasta que echado el BCIE y Nicaragua perdió a su aliado en el banco.

 

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