Nicaragua es el centro de espionaje ruso en América Latina, según informe de Universidad de Florida

Un reporte del Instituto Jack D. Gordon expone la intromisión de Rusia en el país centroamericano en lo que apunta es “un trabajo de espías” en la región.

Un informe del Instituto Jack D. Gordon de Políticas Públicas de la Universidad Internacional de Florida (FIU) señala a Nicaragua como sede del “centro más visible de la vigilancia rusa” en América Latina, con una base de espionaje ubicada en el cerro Mokorón, Managua.

Desde allí, el régimen de Vladimir Putin busca interceptar comunicaciones clasificadas de Estados Unidos y la OTAN, según el análisis.

El informe, elaborado por el investigador Douglas Farah, detalla que esta base de espionaje ruso opera dentro de una instalación del Ejército de Nicaragua, pero actúa como una extensión de la embajada de Rusia en Managua, que se encuentra a poco más de seis kilómetros de distancia.

Se afirma que el edificio es oficialmente propiedad del Ministerio del Interior ruso, lo que ha convertido a esta área en una suerte de territorio ruso, similar a las embajadas extranjeras.

Los dictadores de Rusia, Vladimir Putin, y el de Nicaragua, Daniel Ortega.

“Una placa en ruso y español en el lateral del edificio identifica el lugar como propiedad del Estado ruso”, señala el informe.

Además, se menciona que los oficiales rusos controlan estrictamente el acceso a las instalaciones, lo que resalta la influencia y autonomía de Rusia dentro del territorio nicaragüense.

El análisis advierte que Nicaragua se ha convertido en un centro clave para las operaciones de vigilancia rusa debido al apoyo incondicional del gobierno de Daniel Ortega a Moscú, así como a los vínculos históricos entre la nación centroamericana y la antigua Unión Soviética.

Según el informe, estas actividades de espionaje representan una amenaza directa para la seguridad nacional de Estados Unidos.

El centro en el cerro Mokorón es solo una pieza del rompecabezas de vigilancia rusa en la región.

Según el documento, este lugar sería el centro de procesamiento de datos de al menos ocho estaciones de espionaje electrónico controladas por Rusia o bajo su supervisión directa.

La Dirección de Inteligencia y Contrainteligencia Militar de Nicaragua, conocida como Unidad 502, es la encargada de operar la base, pero únicamente los funcionarios rusos tienen acceso al sistema y a la información recopilada.

Desde 2017, esta base ha jugado un papel crucial no solo en el espionaje internacional, sino también en la identificación y persecución de opositores al régimen de Ortega.

La base no opera de manera aislada, ya que otros desarrollos cibernéticos en el país parecen tener el objetivo compartido de ampliar la capacidad de los servicios de inteligencia rusos para acceder a datos sensibles en América Latina.

Uno de estos desarrollos es la sede del sistema de rastreo GLONASS, el sistema ruso de navegación por satélite, que se encuentra cerca de la Laguna de Nejapa. 

Este sistema, prohibido en Estados Unidos y gran parte de Europa, también tiene un uso dual en la recopilación de información de inteligencia, lo que ha generado preocupación entre las potencias occidentales.

El informe concluye que, aunque países como Venezuela y Cuba mantienen vínculos estrechos con Rusia, Nicaragua ha emergido como un socio estratégico clave y menos examinado en la región.

Esta colaboración ha permitido a Rusia establecer una presencia significativa y operativa en el corazón de América Latina, lo que plantea interrogantes sobre la seguridad en el hemisferio occidental.

Exit mobile version