La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo anunció este martes la expulsión inmediata de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de Nicaragua, acusándola de difundir información “falsa, injerencista y agresiva” en su más reciente informe sobre seguridad alimentaria.
En una carta enviada al director general de la FAO, Qu Dongyu, la Cancillería nicaragüense, a cargo de Valdrack Jaentschke, denunció que el informe “El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2024” fue elaborado sin consulta con las instituciones gubernamentales y sin autorización del régimen sandinista.
Según la misiva, la FAO “violó las normas de respeto a los Estados Parte” y facilitó “insumos falsos” para publicaciones que buscan “desprestigiar al Gobierno de Nicaragua y sus políticas de lucha contra la pobreza, desarrollo humano y seguridad alimentaria”.
El documento, fechado el 3 de febrero de 2025 en Managua, califica la actitud de la FAO como “inaceptable, inadmisible e irrespetuosa”, y exige el cierre inmediato de su representación y oficinas en Nicaragua. La decisión representa un nuevo golpe a la cooperación internacional en el país centroamericano, donde en los últimos años el régimen ha expulsado o forzado la salida de organismos de derechos humanos, misiones de la ONU y agencias de cooperación extranjera.
El trasfondo de la expulsión de la FAO
El enfrentamiento con la FAO podría estar relacionado con la creciente crisis alimentaria en Nicaragua. Informes independientes han señalado que el acceso a alimentos se ha deteriorado en los últimos años debido a la crisis económica, el desempleo y la reducción de ayuda internacional. Según datos de organismos especializados, el país ha experimentado un aumento en la inseguridad alimentaria, especialmente en las zonas rurales y entre poblaciones vulnerables.
El régimen sandinista, sin embargo, insiste en proyectar una imagen de autosuficiencia y éxito en la lucha contra el hambre, lo que explicaría su rechazo a informes que contradicen su discurso oficial. La expulsión de la FAO representa una nueva etapa en la política de aislamiento internacional que Ortega y Murillo han impuesto a Nicaragua, restringiendo cada vez más el acceso a información objetiva sobre la situación del país.
Con esta decisión, Nicaragua sigue el camino de otras dictaduras que han expulsado a organismos internacionales para evitar el escrutinio sobre sus políticas. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación el deterioro de la situación en el país, donde la represión, el exilio forzado y el colapso de las libertades continúan marcando la realidad de los nicaragüenses.
Un patrón de hostilidad contra la comunidad internacional
La expulsión de la FAO se suma a una larga lista de acciones hostiles del régimen Ortega-Murillo contra organismos internacionales. En 2022, la dictadura echó del país al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) y a la Misión de Observación Electoral de la OEA, tras sus informes sobre las violaciones de derechos humanos cometidas en el contexto de la represión de 2018. Ese mismo año, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) redujo drásticamente su presencia en Nicaragua tras crecientes restricciones impuestas por el régimen.
El gobierno sandinista también ha cerrado cientos de organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales, cancelando su personería jurídica y confiscando sus bienes. Entre las más afectadas se encuentran organismos de ayuda humanitaria, derechos humanos y desarrollo comunitario, como la Fundación Arias para la Paz, el Instituto de Liderazgo de las Segovias y el Centro Humboldt.
En 2023, el régimen expulsó al nuncio apostólico Waldemar Stanisław Sommertag y a decenas de sacerdotes y monjas, incluyendo a las Misioneras de la Caridad, fundadas por la Madre Teresa de Calcuta. Ese mismo año, Nicaragua también se retiró de la OEA y cerró su oficina en Managua, mientras continuaba acusando a organismos internacionales de ser parte de una supuesta “conspiración imperialista”.