El exiliado obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, criticó este domingo a los líderes que se presentan como buenos para las naciones y los pueblos, pero llevan vidas ajenas a la convivencia con el resto de ciudadanos, en otra clara alusión a los dictadores de Nicaragua.
“Se presentan como dispuestos a ser servidores del pueblo, pero viven lejos de la gente y con su estilo de vida demuestran que ni siquiera les gusta ser pueblo”, dijo desde la parroquia Santa Agatha, en Miami, Florida.
“Jesús nunca soportó la mentira, la hipocresía y la doblez de vida y por eso critica su incoherencia de vida: ‘dicen y no hacen’. Hay un abismo entre lo que enseñan y lo que practican, entre lo que exigen a los demás y lo que se exigen a ellos mismos”, agregó en su homilía.
“La falta de credibilidad es mucho más grave cuando están implicadas personas que tienen responsabilidades sociales. Hay quienes afirman luchar por la justicia y los derechos humanos, pero en su vida irrespetan a quien piensa distinto, actúan con autoritarismo, humillan, excluyen y propician nuevas relaciones de sometimiento”, añadió.
Báez, incontenible crítico del régimen sandinista de su país, aprovecha sus homilías dominicales no solo para cuestionar a los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo, presidente y vicepresidenta y esposos, sino también para enviar mensajes de esperanza a la comunidad nicaragüense, sometida desde hace varios años.
“No podemos dejar de lado el cinismo de los que dicen ser socialistas y solidarios, pero lo que menos hacen es socializar, pues viven encerrados por miedo en sus bunkers, ni tampoco ser solidarios, pues viven destrozando el entramado social y todo lo hacen para enriquecerse y proteger sus intereses y privilegios”, agregó.