Las aguas centroamericanas han empezado a agitarse, tras filtrarse que las cancillerías de la región han acordado admitir al excanciller y militar en retiro sandinista Denis Moncada Colindres, como nuevo secretario general del Sistema de Integración Centroamericana (SICA).
La noticia ha sido filtrada por organizaciones opositoras de Nicaragua en Costa Rica, Guatemala y El Salvador, quienes han recibido información sobre el aparente consenso de otorgar la silla de la región al delegado del dictador Daniel Ortega y su consorte Rosario Murillo.
Haydee Castillo, activista nicaragüense en el exilio, denunció en su cuenta de X la información sobre el posible aval al general en retiro el ejército sandinista Denis Moncada Colindres.
“#Urgente El Sistema de Integración Centroamericana @sg_sica está en grave peligro. Me informan de un posible consenso de los cancilleres para nombrar al ex canciller de la #DictaduraOrtegaM: Denis Moncada como Srio General. @MinexGt @BArevalodeLeon confiamos en su coherencia!!!”.
Otras voces de la oposición han activado sus comunicaciones para tratar de incidir en los gobiernos de Costa Rica, Guatemala, Panamá y El Salvador, para evitar cederle la silla a Nicaragua, sobre todo a partir de la aprobación en primera instancia de una transformación radical de la Constitución Política de Nicaragua, que otorga todos los poderes a la pareja Ortega Murillo, señalados de crímenes de lesa humanidad por organizaciones internacionales de derechos humanos.
“La nueva constitución que planean aprobar en enero del 2025, aleja a Nicaragua de todos sus compromisos con el Pacto de Tegucigalpa que rige los lineamientos del SICA y la integración centroamericana. Es como otorgarle el hacha a un verdugo”, dijo una de las activistas nicaragüenses en Costa Rica.
¿Qué buscan con tanta desesperación en el SICA?
La dictadura de Nicaragua ha insistido con desesperación en que tiene derecho a ocupar la silla del SICA, para meter en la agenda regional a Rusia, China e Irán, pero sus propuestas y ternas han sido rechazadas por falta de idoneidad.
Guatemala mantiene una fría relación con la dictadura Ortega-Murillo y Costa Rica, Panamá y República Dominicana mantienen también una relación distante.
De ser electo, especialistas en relaciones internacionales han alertado que Moncada podría utilizar el SICA como una plataforma de influencia para los regímenes de China, Rusia, Corea del Norte e Irán en Centroamérica.
Sin embargo, varios analistas advierten que esta nominación podría poner en riesgo la misión del SICA de promover la integración y cooperación en la región, transformándolo en un instrumento de propaganda política y alineación internacional de alto riesgo.
La insistencia de Nicaragua en ocupar el SICA, incluso ante el rechazo diplomático previo, despierta suspicacias y sospecha en medio de la creciente presión internacional contra Rusia por la guerra de Ucrania y el papel de Irán y China apoyando a Hezbolá y Putín.
¿Quién es Moncada?
Denis Rolando Moncada Colindres es abogado y militar retirado, reconocido por su inquebrantable lealtad y defensa del dictador Daniel Ortega. Su primera actuación pública fue en los años 90, cuando como fiscal militar del Ejército Sandinista, absolvió al hoy fallecido general Humberto Ortega Saavedra del juicio por el homicidio del adolescente Jean Paul Genie, asesinado en 1990 por los escoltas del jefe del ejército.
Durante su gestión como Ministro de Relaciones Exteriores desde 2017 hasta septiembre de 2024, Moncada se distinguió como el ideólogo de la teoría de la “conspiración golpista”, una narrativa que el régimen utiliza como pilar fundamental para justificar la represión violenta de las protestas de 2018, que marcaron un antes y un después en Nicaragua.
Según Moncada, estas protestas representaban un “fallido intento de golpe de Estado”, patrocinado por fuerzas externas con el propósito de desestabilizar el país y poner en peligro la soberanía nacional.
Esta tesis ha servido como sustento para que el régimen justifique las atrocidades, violaciones masivas de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad cometidos desde entonces y documentados ampliamente por los organismos de derechos humanos.
Moncada, de 75 años, ha sabido encarnar este discurso con notable habilidad diplomática y retórica, ganándose la reputación de un intransigente estratega en foros internacionales.
Apodado por la prensa y analistas como el “filibustero” de la diplomacia nicaragüense, su estilo ha sido descrito como un arma de desgaste, buscando dilatar discusiones y evadir acuerdos que puedan perjudicar la narrativa oficial del régimen.
Además, Moncada se destacó como un enemigo público de Estados Unidos y una de las voces más críticas contra el primer gobierno de Trump, denunciando lo que consideró una política de “injerencia y agresión” hacia Nicaragua.
Fuentes diplomáticas han revelado que si fallara el apoyo a Moncada, la dictadura nicaragüense busca que sea electa Johana Vanessa Flores Jiménez, actual ministra de la Familia. La tercera persona en la terna es Arling Patricia Alonso Gómez, diputada sancionada por Estados Unidos.
El secretario general no debe responder a su gobierno, dice experto
El diplomático costarricense Carlos Echeverría, exasesor del Secretario General del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), explicó las razones detrás de la aspiración de Nicaragua de asumir la Secretaría General del organismo regional, señalando que las nominaciones propuestas carecen del perfil necesario y cuestionando los precedentes recientes.
Echeverría recordó que quien asume la Secretaría General del SICA debe renunciar a cualquier vínculo con su estado de origen.
“El secretario general del SICA, una vez que asume, renuncia a la relación con su estado de origen. En mi caso, como asesor del secretario general nicaragüense Juan Daniel Alemán Gurdian, firmé una cláusula donde se indicaba que no podía recibir instrucciones ni pasar información a mi gobierno”, señaló.
El exasesor también mencionó la renuncia del nicaragüense Werner Vargas, exsecretario general del SICA, como un evento aún sin explicaciones claras. “Nunca se ha dicho qué sucedió realmente. No sabemos si fue por motivos de salud o por otra razón. Vargas desapareció del ámbito político centroamericano y nunca se esclareció su salida”, cuestionó Echeverría.
Echeverría enfatizó que las personas propuestas por Nicaragua para la Secretaría General no cumplen con los requisitos necesarios. “No tienen el perfil adecuado para representar a Centroamérica. El secretario general debe ser alguien con capacidad de diálogo y manejo diplomático, lo cual no se ha visto en las nominaciones nicaragüenses”, afirmó.
El exfuncionario subrayó que la Secretaría General del SICA es un puesto limitado por el consenso de los estados miembros y no un órgano autónomo.
“Un secretario no puede tomar decisiones unilaterales, como firmar acuerdos con países externos que no sean aprobados por los demás miembros. Las decisiones dependen de las directrices emanadas de reuniones presidenciales o del consejo de ministros”, explicó.
Finalmente, Echeverría destacó la importancia de un liderazgo conciliador en el SICA. “Es más fácil tener una persona que se maneje bien con todos los países. Recuerdo a secretarios generales como Juan Daniel Alemán Gurdián o Ernesto Leal, que supieron construir relaciones sólidas en la región”, concluyó.
Las declaraciones de Echeverría reflejan las tensiones en torno a la insistencia de Nicaragua en ocupar el puesto, una situación que podría generar divisiones en el ya frágil esquema de integración regional.