Las redes sociales de organizaciones opositoras, exiliados nicaragüenses y fanáticos del oficialismo sandinista en Nicaragua conmemoran la sangrienta “Operación Limpieza” que el dictador Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenaron ejecutar en el departamento de Carazo, al sur de la capital Managua, en 2018.
Desde su cuenta en Twitter, el exreo político y exiliado Juan Sebastián Chamorro rememoró el ataque “como el día más sangriento de las protestas”.
“El 8 de julio del 18 (2018) fue el día más sangriento de las protestas. Más de 35 asesinados por la dictadura ese trágico domingo, especialmente en Diriamba y Jinotepe. Se fue la dictadura con todo el plomo y las armas, ordenando a sus fanáticos a disparar a matar. Habrá justicia”, dijo.
Chamorro se refiere a la denominada oficialmente “Operación Limpieza Aquí Carazo Libre”, que la dictadura Ortega-Murillo ejecutaron en los municipios de Jinotepe, Dolores y Diriamba del departamento de Carazo, a 45 kilómetros de Managua.
Según las estimaciones de organizaciones civiles y de derechos humanos, más de 2,000 policías, paramilitares, militares y fanáticos sandinistas organizados por el régimen, ingresaron a las ciudades que estaban sitiadas en protesta contra la brutal represión del régimen.
El director de la Asociación Nicaragüense para la Defensa de los Derechos Humanos (ANPDH), el ataque dejó 35 manifestantes asesinados, más de 130 heridos de bala, más de 60 personas capturadas y miles desplazadas al exilio o a casas de seguridad.
“Llegaron como tropas de guerra, con lanzagranadas y metralletas y les dispararon a mansalva a los muchachos de los tranques”, recuerda Leiva.
Las ciudades de Jinotepe y Diriamba estaban completamente bloqueadas por barricadas de
seguridad, defendidas por estudiantes y vecinos para impedir el ingreso de escuadrones sandinistas que llegaban a disparar y capturar opositores.
Las protestas en esta zona del país se enmarcaron en las protestas nacionales que desde abril de 2018 se alzaron en Nicaragua contra los abusos del régimen sandinista, en el poder desde 2007.
La cifra de muertes ocurridas aquel macabro día no se ha logrado conciliar entre las distintas fuentes: ANPDH indica 35, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos en su momento reportó 16, la Alianza Cívica (conglomerado de opositores) reclama 32 muertes, mientras que el régimen reportó 12, reclamando que dos eran policías y cuatro militantes sandinistas.
Para el expreso político y exiliado Félix Maradiaga, aquella operación militar es un crimen de lesa humanidad aun en impunidad.
“Hoy recordamos con dolor y tristeza los terribles eventos que ocurrieron hace cinco años en Carazo, Nicaragua. Fue un día oscuro en el que las fuerzas policiales, paramilitares y miembros del Ejército del dictador Daniel Ortega llevaron a cabo un ataque brutal contra la ciudadanía”, dijo en un comunicado compartido en redes.
“Esta agresión militar y paramilitar conocida como ‘Operación Limpieza’, dejó un importante saldo de jóvenes asesinados mientras ejercían su legítimo derecho a oponerse a un régimen que ya venía asesinando a sangre fría, secuestrando manifestantes, violando los principios democráticos y saqueando nuestros recursos naturales”, manifestó Maradiaga.
El recuerdo de los eventos de aquel día aún genera dolor y rabia por un lado, y alegría y burla por parte del gobierno.
En Costa Rica, sobrevivientes de aquella masacre y vecinos de la zona, conmemoraron el acontecimiento con una pequeña reunión solemne en la plaza de la dignidad en San José.
Por su parte el régimen sandinista, en Nicaragua, celebró la operación y realizó mítines, caravanas de fanáticos e instituciones del estado festejando lo que ellos llaman “Operación Aquí Carazo Libre”.
El discurso oficial pregona que la operación limpieza del 8 de julio de 2018, fue “un acto heroico de los héroes de la paz y el amor por librar Carazo del terrorismo golpista”.