La reciente filtración de documentos del Pentágono expone un inquietante ajedrez geopolítico en el que intervienen Rusia y China para intentar “atacar” a su principal rival, Estados Unidos, en donde parte de Centroamérica termina siendo una pieza del tablero en el que se juega.
Los informes de inteligencia que aparecieron y cuya fuente de divulgación no está clara, dejan entrever que en medio de la atención mundial a la guerra desencadenada por la invasión de Rusia a Ucrania desde hace poco más de un año, la República Popular China aprovecha la coyuntura para ganar espacios en países como Nicaragua, donde la dictadura de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo someten a un país a su antojo y donde Moscú, un eterno aliado del sandinismo, es un socio clave.
Uno de los documentos filtrados revela negociaciones secretas entre China y Nicaragua para construir un puerto de aguas profundas en Bluefields, en el Caribe del país centroamericano.
Citando fuentes de inteligencia, el informe explica que China Harbour Engineering Company negoció realizar estudios iniciales en el sitio y la proyección era montar operaciones desde mediados de 2022. A finales del año pasado, Taiwán, que fue uno de los más importantes cooperantes de Nicaragua, advirtió del interés de China continental de construir un puerto en esta nación. La dictadura de Ortega rompió con Taiwán a finales de 2021.
China Harbour Engineering Company es una firma contratista especializada en construcción de infraestructura, carreteras y dragado, entre otros.
Aunque el informe no menciona ubicación, el sector de Monkey Point, en el caribe nicaragüense, ha sido mencionado como potencial puerto en la zona como parte del fallido proyecto del canal interoceánico donde también un inversor chino recibió la concesión que cada vez parece más lejos de concretarse.
Aunque el reporte aclara que China no ha declarado planes para “adquirir ninguna base en el extranjero o acceso militar en Nicaragua”, evalúa que el gobierno de ese país “probablemente consideraría ofrecer acceso naval a Pekín a cambio de una inversión económica”.

La visión de Ortega sobre Rusia
Según este informe la dictadura Ortega-Murillo “todavía ve a Rusia, también interesada en Bluefields, como su principal socio de seguridad”, pero desde el comienzo de la guerra a gran escala de Rusia en Ucrania, ha ampliado los lazos con Pekín, comprando equipos de seguridad y aceptando la presencia de un representante militar chino en el país.
Durante el testimonio ante el Congreso en febrero de 2019, el director del Comando Sur de los EE. UU. en ese momento, el almirante de la Marina de los EE. UU. Craig S. Faller, dijo a un comité del Senado que la creciente influencia de Rusia y China en el hemisferio estaba entre los principales desafíos de seguridad que afectan a los Estados Unidos.
“La percepción más inquietante ha sido el grado en que los actores estatales externos, especialmente Rusia, China e Irán, están expandiendo su influencia en el hemisferio occidental. Rusia, en particular, permite acciones en Venezuela, Nicaragua y Cuba que amenazan la seguridad y la prosperidad hemisférica”, agregó.
El abandono a Taiwán y sus consecuencias
Según medios estadounidenses, “los informes sobre las incursiones de Rusia y China en el hemisferio occidental se producen a medida que más naciones abandonan el reconocimiento diplomático de Taiwán a favor de Beijing, y países como Nicaragua y Venezuela, y en menor medida Cuba, están dispuestos a permitir que su relación política con Rusia se resuelva”.
Un análisis de Evan Ellis, un investigador de asuntos latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos.
Ellis advirtió a medios estadounidenses que en el escenario de este conflicto aparece también Irán, que ha estrechado relaciones con Nicaragua, algo que inquieta a la región.
Ellis sostiene que aunque la amenaza china en la región es “mucho, mucho mayor” que la de Rusia, hay motivos para preocuparse por ambas naciones. Por ejemplo, a medida que continúe el conflicto en Ucrania, cree que algunos países latinoamericanos pueden estar más dispuestos a permitir que Rusia “haga algunas cosas limitadas pero muy serias desde el hemisferio”.
“A medida que Putin avanza hacia su juego final si quiere subir la apuesta, tiene una pequeña cantidad de anfitriones de amenazas en la región que están dispuestos a hacerlo”, explicó.
Hay “un nivel sin precedentes de crisis política y económica en la que hay muchos estados diferentes, que se tambalean al límite en términos de si continúan siendo regímenes democráticos transparentes o algo más radical”, le dijo Ellis a la publicación.
Uno de los informes del Pentágono filtrados señala el papel de Brasil en la guerra entre Rusia y Ucrania, en la que el gigante sudamericano aparece como potencial mediador. Incluso un asesor de Silva, Celso Amorim, se reunió con el presidente ruso, Vladimir Putin, a fines de marzo.
Ellis sostuvo que ve la posición de Lula como “un tipo de diplomacia oportunista”.
“Ves eso con AMLO (el presidente Andrés Manuel López Obrador) en México por razones similares… en El Salvador, en Honduras, si miras el registro de votaciones de la ONU. Existe ese tipo de orientación latinoamericana tradicional de ‘No nos vamos a involucrar en la política internacional a menos que haya algo para nosotros’”.