Panamá oficializó este miércoles 9 de abril su retiro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el ambicioso proyecto global de infraestructura promovido por China, en un claro giro de su política exterior hacia una mayor alineación con Estados Unidos.
El anuncio fue realizado por el presidente panameño, José Raúl Mulino, durante una reunión bilateral celebrada en el Palacio de las Garzas con el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, quien visitó el país en una misión de alto nivel centrada en seguridad, defensa e infraestructura crítica.
“Panamá reafirma su compromiso con la soberanía, la seguridad del Canal y las alianzas que han garantizado nuestra estabilidad democrática”, señaló Mulino tras el encuentro, en el que ambas naciones anunciaron una serie de acuerdos para reforzar su histórica cooperación.
La decisión de abandonar la Iniciativa de la Franja y la Ruta marca un cambio drástico respecto a la política adoptada en 2017, cuando Panamá estableció relaciones diplomáticas con China y suscribió una docena de memorandos de entendimiento bajo ese marco.
La actual administración panameña considera que el proyecto no generó los beneficios esperados y que compromete áreas sensibles de su infraestructura nacional.
Por su parte, Hegseth calificó el retiro panameño como “una señal contundente de liderazgo regional” y destacó el papel estratégico del país centroamericano en la defensa del Canal y en la contención de la influencia china en el hemisferio occidental.
“Apoyamos decididamente a Panamá en la protección de su soberanía, especialmente sobre el Canal de Panamá, una vía vital no solo para la región, sino para la seguridad global”, afirmó el secretario estadounidense.
Nuevos acuerdos estratégicos
Entre los principales resultados del encuentro se anunciaron tres acuerdos claves:
• Cooperación en tránsito militar por el Canal: Se establecerá un mecanismo conjunto para facilitar el paso expedito de buques de guerra estadounidenses por la vía interoceánica, con un esquema de compensaciones y exenciones conforme al derecho internacional y las leyes panameñas.
• Fortalecimiento del entrenamiento militar: Un memorándum de entendimiento permitirá la cooperación directa entre la Armada de EE.UU. y los cuerpos de seguridad panameños, incluyendo programas de entrenamiento, asistencia técnica y respuesta conjunta ante amenazas a la infraestructura crítica.
• Reactivación del Diálogo de Alto Nivel en Seguridad: Este foro retomará su agenda con prioridad en la defensa del Canal, dentro del marco del Tratado de Neutralidad de 1977 y la Constitución panameña. La agenda incluirá cooperación en ciberseguridad, lucha contra el crimen organizado y control migratorio.
Además, Hegseth felicitó al gobierno panameño por sus esfuerzos en la contención del flujo migratorio irregular por la peligrosa ruta del Darién, calificando al país como “aliado clave en la protección del hemisferio”.
Bajo presión de Trump
El reposicionamiento de Panamá ocurre en un contexto de creciente competencia entre China y Estados Unidos en América Latina. Washington ha incrementado su presión diplomática en los últimos años para limitar la expansión china en sectores estratégicos, como telecomunicaciones, energía y transporte marítimo.
Panamá, que controla una de las rutas marítimas más importantes del mundo, había sido cortejado activamente por Beijing desde 2017, cuando rompió relaciones con Taiwán. Sin embargo, varios proyectos chinos quedaron inconclusos o fueron cuestionados por su falta de transparencia y viabilidad financiera.
Con este anuncio, la administración Mulino apuesta por recuperar el respaldo de Washington, especialmente en temas de defensa, comercio e inversión. “Este es un mensaje claro al mundo: Panamá está comprometido con sus aliados democráticos y con la estabilidad del sistema internacional”, dijo el mandatario.