La reciente orden ejecutiva del presidente estadounidense Donald Trump, que designa a los cárteles de la droga como terroristas globales, ha puesto en evidencia una realidad alarmante que ya es conocida por muchos en Honduras: la vinculación de altos sectores del poder político del país con estructuras criminales internacionales, dijo el Partido Nacional.
En este contexto, el régimen de Libertad y Refundación (Libre) y su estrecha relación con el denominado “Narco-Familión Zelaya-Castro” no sólo constituyen una amenaza interna, sino que también exponen a Honduras a un aislamiento internacional peligroso, advirtió el instituto de derecha.
Un gobierno en el borde del abismo
Bajo el mandato del gobierno de Libre, Honduras enfrenta una creciente crisis de violencia, corrupción y narco-dependencia. En lugar de priorizar la seguridad y el bienestar de su población, el régimen ha optado por abrir las puertas a grupos oscuros que operan fuera del marco legal, agregó.
En particular, la alianza con el régimen autoritario de Nicolás Maduro y el apoyo a redes de narcotráfico internacionales, ahora también catalogadas como terroristas, ha puesto al país en una situación insostenible.
El vínculo entre el “Narco-Familión” y actores internacionales ligados al crimen organizado fue señalado no sólo por analistas nacionales, sino también por observadores internacionales.
Esta situación coloca a Honduras en el punto de mira de las autoridades globales, quienes ya han comenzado a aplicar sanciones y tomar medidas para aislar al país de las dinámicas internacionales, según el planteamiento político.
Incluso insistió en que el actual gobierno está “hipotecando el futuro de la nación al entregar el país al crimen organizado y al terrorismo internacional”.