El expresidente uruguayo José Pepe Mujica expresó su rechazo al gobierno autoritario de Nicaragua, encabezado por Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes llevan 17 años atornillados al poder.
Mujica, el izquierdista quien pasó 14 años encarcelado durante la dictadura militar de su país (1973-1985) y se convirtió en un defensor de la democracia, lamentó la deriva de la revolución sandinista y denunció las prácticas antidemocráticas del régimen actual.
“Lo de Nicaragua no tiene gollete (sentido)”, afirmó Mujica en declaraciones a la Agencia France Presse (AFP), en las que calificó de “monstruoso” el rumbo que tomó la revolución sandinista, un movimiento que originalmente surgió como respuesta a la dictadura somocista (1937-1979).
El exmandatario recordó la esperanza que generó el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en los años 80, pero deploró cómo Ortega y Murillo han transformado ese legado en un sistema represivo y concentrado de poder.
“Era una revolución soñadora contra Somoza”, añadió con evidente desilusión.
Mujica también criticó la falta de compromiso con los principios democráticos por parte de Ortega y Murillo.
“Lo que más me revienta es cuando juegan a la democracia y después le hacen fraude. Eso es insoportable”, expresó, aludiendo a los cuestionados procesos electorales en Nicaragua, ampliamente criticados por la comunidad internacional por carecer de transparencia y restringir la participación de la oposición.
El régimen de Ortega y Murillo, en el poder desde 2007, ha enfrentado acusaciones de violaciones a los derechos humanos, crímenes de lesa humanidad, persecución política, encarcelamiento de opositores y el exilio de miles de nicaragüenses.
Estas prácticas han generado una condena generalizada en América Latina y el mundo, incluida la de figuras emblemáticas como Mujica, quien, desde su experiencia como exguerrillero y prisionero político, ha abogado por la construcción de sistemas democráticos y participativos.
La caída del sueño revolucionario
La revolución sandinista, que derrocó al régimen de Anastasio Somoza en 1979, fue un símbolo de esperanza para muchos en América Latina, incluidos líderes como Mujica. Sin embargo, las transformaciones sociales y políticas impulsadas en esa época quedaron en el pasado ante las acusaciones de corrupción, represión y concentración de poder por parte del actual régimen sandinista.
#EsNoticia 🇺🇾🇻🇪 Expresidente de Uruguay, José Mujica, sentenció que los regímenes de Venezuela y Nicaragua “juegan a la democracia”
Me revienta cuando juegan a la democracia y hacen elecciones, según el resultado, hago una cagada, lo altero o hago fraude, dijo
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— EVTV (@EVTVMiami) November 21, 2024
Para Mujica, el caso de Nicaragua es un ejemplo de cómo los ideales de cambio pueden ser traicionados.
“Es increíble la revolución sandinista en qué desemboca, en la vieja esa llena de piedras y de cosas”, dijo en referencia a Rosario Murillo, quien además de ser vicepresidenta del país, ejerce una influencia significativa en el control político y mediático.
El eco de una denuncia global
Las declaraciones de Mujica se suman a una creciente lista de líderes y organizaciones que han condenado la situación en Nicaragua.
La comunidad internacional, incluidos organismos como la ONU y la OEA, ha señalado al régimen de Ortega y Murillo por el deterioro de los derechos humanos y la democracia en el país.
Mujica, quien a lo largo de su vida ha defendido la importancia de la justicia social y la libertad, deja claro que, para él, el gobierno nicaragüense representa una traición a los valores que inspiraron la revolución sandinista.
Sus palabras resuenan como un recordatorio de que los procesos de cambio deben mantenerse fieles a los principios democráticos para evitar que el poder se transforme en opresión.