La libertad de expresión en Nicaragua ha estado bajo fuego, con los periodistas como víctimas principales blancos de un constante ataque que ha forzado a más de 242 profesionales de los medios a buscar refugio en el extranjero, donde la mayoría pasa dificultades de todo tipo para ejercer y sobrevivir.
Este éxodo se ha llevado a cabo en condiciones riesgosas, poniendo en peligro sus vidas, dignidad e integridad personal, según un informe del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
Desde abril de 2018, el régimen de Nicaragua ha empleado diversas estrategias para silenciar a los periodistas, incluyendo censura, hostigamiento, asedio, persecución fiscal y económica, así como el bloqueo de insumos para la impresión de periódicos.
Esto ha resultado en el cierre y autocensura de varios medios independientes, como Radio Corporación, El Nuevo Diario, Canal 12 y la confiscación de La Prensa.
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— CONNECTASLab (@ConnectasLab) January 30, 2024
No sólo se ha forzado el exilio de 242 periodistas, sino que también se ha prohibido su retorno al país, como en los casos de Marcos Medina, Armando Amaya, Kimberly León y su madre, y Grethel Aguilar.
La Fundación por la Libertad de Expresión y la Democracia (FLED), a través de la plataforma Alertas Libertad de Prensa Nicaragua, denunció que Kimberly León se une a la lista de periodistas desterrados por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, vulnerando su derecho constitucional de movilizarse libremente dentro y fuera del país.
En la actualidad, al menos la mitad de los periodistas que trabajan en medios de comunicación independientes se encuentran en Costa Rica, enfrentando no sólo la falta de publicidad sino también la crítica situación económica.
Hay unas cuentas que se las pasan criticando a los medios independientes y dando “clases de periodismo” que ayer publicaron este comunicado. Yo lo busqué para verificar y no lo encontré, ahora averigüé que es fake. pic.twitter.com/rxPliqQ9K6
— Miguel Mendoza (@Mmendoza1970) January 30, 2024
Christopher Mendoza, periodista nicaragüense, señaló que muchos de sus colegas han abandonado la profesión o combinan el periodismo con otros oficios para sobrevivir.
En entrevistas realizadas a periodistas nicaragüenses en Costa Rica, se destacó el significado del exilio.
Para muchos, implicó dejar atrás toda una vida construida durante décadas, enfrentándose a la adaptación a un nuevo entorno y cultura.
Los desafíos del exilio han afectado significativamente la vida emocional y económica de los periodistas. La separación de familiares y amigos, la incertidumbre, el estrés y la dificultad para establecer conexiones profundas en un nuevo país son desafíos comunes. Además, la negación de pasaportes ha limitado la movilidad y participación en eventos periodísticos.
En cuanto a las afectaciones específicas, los periodistas han experimentado ansiedad, depresión y trastornos físicos y psicológicos.
La falta de respuestas en los procesos migratorios ha generado desesperanza y, en algunos casos, la deserción en la carrera periodística.
A pesar de los desafíos, los periodistas en el exilio consideran que es su responsabilidad seguir informando sobre la situación en Nicaragua y contribuir a la lucha por la libertad de expresión y los derechos humanos en su país.
El Colectivo, desde 2019, ha documentado 133 testimonios de periodistas, resaltando la dificultad de acceso al proceso de refugio en Costa Rica, lo que ha dejado a muchos en un limbo jurídico.
En conclusión, el exilio del periodismo independiente nicaragüense no solo ha generado violaciones a los derechos humanos y libertades fundamentales, sino también secuelas emocionales y desinformación en Nicaragua.
La comunidad internacional y los organismos multilaterales son llamados a continuar apoyando a estos periodistas para asegurar que sus voces no sean silenciadas.