La persecución religiosa con motivaciones políticas persiste en Nicaragua bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, como lo evidencian recientes acciones contra instituciones católicas y evangélicas en el país.
La emisora católica Radio María ha sido golpeada por el bloqueo de sus cuentas bancarias en el Banco de la Producción (Banpro).
Los directivos de la emisora, en una transmisión en vivo por Facebook, denunciaron el cierre, calificándolo de “injustificado”.
Más tarde, los directivos retiraron el vídeo de sus redes sociales y alegaron que la acción se debió “a la falta de actualización de la documentación”.
El coordinador general de Radio María en Nicaragua, Roger Munguía, admitió que la decisión se basó en la falta de información actualizada. Sin embargo, Munguía afirmó su compromiso de continuar con la labor de evangelización de la emisora.
Este incidente se suma a una serie de acciones contra instituciones religiosas en Nicaragua.
Recientemente, once pastores evangélicos vinculados a la organización estadounidense Mountain Gateway fueron condenados por presunto blanqueo de capitales.
Su juicio se llevó a cabo a puerta cerrada después de dos meses de reclusión e incomunicación, y los jueces impusieron penas de 12 a 15 años de prisión, además de multas sustanciales y la confiscación de bienes y cuentas con fondos millonarios.
La sentencia ha sido denunciada por la Alianza en Defensa de la Libertad, ADF Internacional, como “irregular” debido a la falta de pruebas presentadas por las autoridades de Managua.
Los acusados, privados de comunicación con sus familias y abogados durante su detención, enfrentan ahora un futuro incierto en un clima de represión religiosa en Nicaragua.
Estos eventos subrayan la continua vulneración de la libertad religiosa en el país centroamericano, evidenciando una creciente preocupación por la situación de los derechos humanos bajo la dictadura de la familia Ortega-Murillo, atornillada a sangre y fuego en el poder desde 2007.