¿Por qué Ortega persigue a los sacerdotes de Nicaragua?

El analista Emilio Blasco explica que la persecución a los sacerdotes en Nicaragua por parte del régimen de Ortega es parte de una estrategia más amplia de represión contra cualquier forma de oposición, especialmente contra la Iglesia Católica,

Imagen de archivo de un templo católico asediado por policías orteguistas.

El analista internacional Emilio Blasco, del Centro de Asuntos Globales de la Universidad de Navarra, ofreció un análisis sobre la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua, destacando los motivos detrás de la persecución a sacerdotes católicos en el país.

Este análisis fue presentado en una entrevista con ACIPRENSA, la principal agencia de noticias católica, donde Blasco abordó tres preguntas clave.

¿Cómo ha podido Ortega mantenerse en el poder por más de 17 años consecutivos?Blasco explica que Daniel Ortega logró consolidar su poder mediante una serie de maniobras que incluyeron manipulación electoral y represión política.
A pesar de haber llegado al poder con una base electoral reducida, Ortega supo mantenerse en el control gracias a la manipulación de los procesos electorales, destaca.
Señala que Ortega restringió la participación de partidos de oposición y bloqueó la aparición de candidatos que pudieran desafiarlo en las urnas.

En este contexto, según Blasco, Nicaragua se ha convertido en un país donde no existe ni libertad ni democracia, dificultando la defensa de ideas políticas contrarias al régimen.
Según Blasco, el régimen de Ortega persigue cualquier signo de oposición, maniatando a los partidos políticos y buscando eliminar a quienes piensan diferente.

Emilio Blasco, director del Centro de Asuntos Globales de la Universidad de Navarra, España.

¿Por qué Ortega persigue a los sacerdotes?
Blasco responde que la persecución de la Iglesia Católica se debe a que la dictadura de Ortega percibe a la fe católica como una oposición significativa a su gobierno.
Destaca que aunque los evangélicos también han enfrentado represión en Nicaragua, la Iglesia Católica sigue siendo el principal objetivo debido a su numerosa presencia y a la resistencia y crítica constante hacia los males sociales desde la doctrina de la fe.

Blasco señala que la acción contra la Iglesia Católica se ha intensificado, influenciada en parte por la situación en Venezuela, que ha captado la atención mundial debido al fraude de la dictadura de Nicolás Maduro y la represión sangrienta del régimen.
Esta distracción internacional, según Blasco, podría estar brindando a Ortega una mayor libertad para llevar a cabo detenciones y represiones sin una respuesta inmediata de la comunidad global.

¿Qué se puede hacer a nivel internacional por Nicaragua?
Para Blasco, la restauración de la democracia en Nicaragua requiere una respuesta internacional a múltiples niveles, pero principalmente de Estados Unidos.

Aunque destaca la importancia de la participación de la Organización de Estados Americanos (OEA) y otras organizaciones internacionales en este proceso, subraya principalmente el poder económico que Estados Unidos tiene sobre Nicaragua debido al acuerdo comercial CAFTA.
Blasco señala que Nicaragua vende más a Estados Unidos de lo que le compra, lo que le otorga a EE.UU. un potencial significativo para afectar la economía del régimen como medidas de presión.

Blasco sugiere que Estados Unidos podría utilizar esta influencia para presionar al régimen de Ortega, incluso considerando la posibilidad de retirar a Nicaragua del CAFTA o limitar sus compras, lo que podría debilitar significativamente al régimen de Ortega.
“Quien tiene más opciones es Estados Unidos por la relación comercial con el Cafta, Nicaragua es el único país que vende más a EEUU de lo que le compra, EEUU podría impulsar la salida el Cafta, podría dejar de comprarle”, plantea el analista.

Según Blasco, “un régimen autoritario como el de Nicaragua no es fácil de doblegar”, pero con la estrategia adecuada, se podría impulsar un cambio hacia la democracia en el país.
En conclusión, según el analista, la persecución a los sacerdotes en Nicaragua por parte del régimen de Ortega es parte de una estrategia más amplia de represión contra cualquier forma de oposición, especialmente contra la Iglesia Católica, que sigue siendo una de las voces más críticas y difíciles de controlar para el régimen.

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