En reacción al trato inhumano que la policía sandinista de Nicaragua ofrece en las cárceles la dictadura de Nicaragua, las prisioneras políticas iniciaron una huelga de hambre para demandar acceso al patio a recibir sol, agua potable y asistencia médica.
Las reas políticas de la protesta que exige optar a condiciones de tratos humanos están encerradas en la cárcel La Esperanza, ubicada en Managua, capital del país centroamericano.
Se sabe que las jóvenes están aisladas en celdas de castigo.
La organización civil Monitoreo Azul y Blanco fue la instancia que dio a conocer que este grupo de prisioneras ha iniciado una huelga de hambre a través de la red social X.
“Se nos hizo llegar información de que grupo de presas políticas que se encuentran recluidas en La Esperanza, han iniciado una huelga de hambre en demanda de acceso diario a patio sol, acceso a agua potable y asistencia médica profesional de calidad”, dicta el mensaje compartido en dicha red.
Según datos de Monitoreo Azul y Blanco, la dictadura familiar de Ortega y Murillo, tiene a 16 mujeres presas, quienes han sido acusadas en juicios organizados por diferentes delitos.
Como es ya costumbre del sistema institucionalizado, la policía se encarga de llevar de manera exprés las detenciones para luego ser enjuiciadas de forma irregular e inconstitucional, violando además, los tratados internacionales de derechos humanos, tal y como les sucedió a las 3 últimas víctimas, quienes eran estudiantes universitarias de la también extinta Universidad Juan Pablo II y de la Universidad Centroamericana (UCA).
Todo ello corresponde con el informe presentado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, sobre la realidad que vive la nación centroamericana en torno a los derechos humanos.
Por tal motivo, el funcionario de la ONU hizo el llamado a la dictadura pidiendo la liberación de todos los presos políticos, al igual que la entrega urgentemente de la expedición de pasaportes “para permitir la salida de todas las personas que quieran abandonar Nicaragua”.
La situación a nivel interno del país centroamericano, refleja el informe que, “ha continuado deteriorándose gravemente”, en el que además, señala que el régimen ha continuado suprimiendo espacios cívicos y democráticos al límite que no hay cabida para la disidencia.