Un enorme edificio se construye en pleno centro de San Salvador, frente a la Catedral Metropolitana, una nueva Biblioteca Nacional. La construcción está rodeada de rótulos en chino y todos, absolutamente todos los obreros son chinos, hasta los cocineros.
Los gobiernos de China y El Salvador han mostrado esta edificación como un ejemplo de la cooperación bilateral, pero hay señales que la relación se ha ido enfriando y que la promesa de un enorme estadio de fútbol parece irse desvaneciendo.
No es la única promesa que se desvanece. Un comentario del vicepresidente salvadoreño Félix Ulloa de que China compraría toda la deuda salvadoreña fue rápidamente desestimado por la cancillería del país asiático y las desconfianzas parecen ir rodeando la relación especialmente después de la amistosa visita del senador estadounidense Marco Rubio a El Salvador.
Rubio se reunió con el presidente salvadoreño Nayib Bukele a quién elogió después por su plan de seguridad que ha reducido los homicidios al mínimo y ha encarcelado más de 60 mil sospechosos de pertenecer a pandillas. El senador republicano criticó incluso al presidente estadounidense Joe Biden por sancionar a funcionarios de la administración Bukele.
Pero Rubio es un feroz enemigo de la República Popular China al grado que es uno de los pocos legisladores estadounidenses sancionados por el gigante asiático tras denunciar violaciones a los derechos humanos en Hong Kong y Xianjing. Rubio también ha dicho que hay que prestar mayor atención a la creciente influencia china en América Latina.
“El coqueteo de Bukele con el senador estadounidense Rubio -enemigo público de China- podría complicar el flujo de dinero entre Beijing y San Salvador”, dijo el Dr. Ricardo Valencia, académico salvadoreño y catedrático de la Universidad de Fullerton, en California, en declaraciones a Centroamerica360.
“El mensaje de la reunión con Rubio es que el Bukele que está negociando, pues es el Bukele con el que fue a la Heritage Foundation”, sentenció Valencia.
Valencia se refiere a la visita que Bukele hizo en marzo de 2019 a ese tanque de pensamiento de derecha en Washington. Durante esa visita, Bukele dijo que “China no respeta las reglas del juego. No respetan las reglas del comercio. Hacen proyectos que no son viables”.
“Ellos (China) no son una democracia, pero se entrometen en tu democracia. Queremos ser amigos con China, pero queremos que China sea amigable con nosotros. No nos referimos a dinero o inversión, pero a respeto. Si no nos respetan, no podemos tener una relación con ellos (China), aunque sean la segunda economía mundial”, dijo en un discurso ante esa fundación, largamente aplaudido por los sectores más conservadores estadounidenses.
Pero Bukele se acercó después a China y regresó con un enorme paquete de ayuda que incluía la construcción de la biblioteca, un muelle turístico en La Libertad y un nuevo estadio de fútbol. Los dos primeros están en desarrollo pero el estadio es un campo baldío en lo que fue la antigua Escuela Militar. No hay maquinaria ni trabajadores en la zona.
¿Dosificando?
Según el Dr. Valencia, la reunión con Rubio y otras señales del gobierno salvadoreño han creado desconfianza en la relación.
“En mi opinión según he conversado con gente cercana a eso, es que China no va a dar dinero de un solo, si no va poco a poco y un poco con la experiencia que tuvo al principio cuando Bukele fue a la Heritage Foundation en 2019 que no entendían cuál era la ofensiva. Entonces, ellos no van a dar el dinero como se cree que los chinos daban, si no van a ir poco a poco y depende del comportamiento”, explica Valencia
“Algún tipo de dudas y de desconfianza hay de China y por eso los proyectos los va dar poco a poco y no se los va dar de un solo”, enfatizó el académico.
Valencia cree que China está dosificando la ayuda porque considera al presidente salvadoreño como de poca confianza.
“Yo creo que China está dosificando, como cualquier país va dosificar como lo hizo Estados Unidos con la Cuenta del Milenio, van a dosificar las donaciones poco a poco y no se las van a dar de un solo, porque Bukele ha demostrado ser una persona de poco fiar para ellos. Se va al Heritage Foundation habla mal de China y unos meses después después va a China y pide dinero. Y entonces, creo que ellos saben que no se puede dar todo el dinero porque al final es el único dinero que tiene de inversión extranjera y lo van a estar dosificando”.
Ricardo Valencia, académico salvadoreño.
Según el académico salvadoreño, la relación china con Bukele “no es la más importante” y con el nuevo acercamiento con Honduras, “la relación con Bukele es menos relevante”.
“Lo de China y Rubio, es una buena pregunta”, insiste Valencia.
¿Y el estadio?
Dos promesas chinas parecen haber quedado en el aire. La construcción de un nuevo y moderno estadio de fútbol al occidente de la capital salvadoreña y la supuesta compra de deuda salvadoreña por parte de China.
Bukele anunció en diciembre de 2021 que China empezaría a construir el nuevo estadio en la antigua Escuela Militar salvadoreña, cerca de una zona de populares centros comerciales en Antiguo Cuscatlán, al occidente de la capital.
Pero desde entonces solo se ha demolido la Escuela Militar y no hay ninguna señal de que China haya empezado a construir el estadio.
“Según mis fuentes, Bukele le ha estado exigiendo a China mucho dinero. China prometió un nuevo estadio de fútbol y más dinero, pero solo han entregado una biblioteca. Parece que China está ajustando el ritmo de la inversión al compromiso de Bukele con ellos”, explica Valencia.
En mayo de 2022, el presidente del Instituto Salvadoreño de los Deportes y hermano del mandatario, Yamil Bukele, aseguró que el nuevo estadio chino se empezaría a construir en septiembre. Nada ha pasado desde entonces. El ministro de Deportes aseguró que el estadio sería construido en un tiempo estimado de tres años y tendría una capacidad de entre 45 y 50 mil personas.
Por lo pronto, el gobierno se ha enfocado en reconstruir el viejo Estadio Jorge “Mágico” González para la inauguración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe a mediados de 2023.
En Costa Rica ocurrió algo similar. China cumplió con construir el Estadio Nacional de fútbol pero incumplió las promesas de una carretera al puerto caribeño de Limón y en una inversión en una nueva refinería, un asunto que terminó en una disputa legal con Costa Rica.
¿Y la deuda?
En noviembre de 2022, el vicepresidente salvadoreño, Félix Ulloa, dijo que China ofreció comprar “toda nuestra deuda” en medio de una serie de dudas financieras sobre el pago de deuda salvadoreña a acreedores internacionales, algo que finalmente no sucedió.
“China ofreció comprar toda nuestra deuda, pero debemos andar con cuidado”, dijo Ulloa a la agencia de noticias Bloomberg.
Pero Ulloa aclaró que “No vamos a vender al primer postor, hay que ver las condiciones”.
China poco después descartó esa declaración. El entonces vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, dijo también a Bloomberg que “desconocía” acerca del asunto.
Para Valencia es un tema cerrado.
“Dudo que China vaya a comprar deuda de El Salvador. Porque, ¿por qué va comprar deuda? ¿Qué sentido tiene?”, dijo el académico.
Según Valencia “los chinos saben que la relación con Bukele está básicamente relacionada con su entorno personal y abre desconfianza para ellos”.
Valencia tiene otra advertencia: “En la relación amorosa con Rubio, Bukele ha quedado atrapada en la política interna estadounidense, especialmente en lo que se refiere a las elecciones presidenciales de 2024. Bukele se ha revelado como enemigo político de Biden, mientras coquetea con una facción del Partido de la República, ¿Malas noticias? Trump es impopular”, sostiene.