El rechazo a los candidatos que representan la política tradicional fue lo que motivó a los guatemaltecos a escoger al académico socialdemócrata Bernardo Arévalo como uno de los candidatos presidenciales que disputarán la segunda vuelta, aseguraron este lunes analistas políticos guatemaltecos consultados por Centroamerica360.
Arévalo disputará la segunda vuelta electoral el próximo 20 de agosto ante Sandra Torres, exprimera dama que se ha postulado tres veces como candidata presidencial.
“Lo que sucedió es un voto de rechazo por un segmento de la población, sobre todo jóvenes, que están disgustados con todo lo que ha estado pasando en Guatemala desde 2015 para acá”, explica el analista Hugo Maul, del Centro de Investigaciones Nacionales (CIEN).
En 2015, una serie de manifestaciones dirigidas por jóvenes universitarios y activistas de la sociedad civil protestaron masivamente contra los escándalos de corrupción del entonces presidente Otto Pérez Molina, lo que llevó a su renuncia y posterior enjuiciamiento.
De ese movimiento surgió Semilla, el partido que hoy postula a Bernardo Arévalo, hijo del expresidente Juan José Arévalo, quien dirigió el país entre 1945 y 1951 y modernizó el estado guatemalteco.
“Ha habido una fuerza antisistema que ha votado, creo que Bernardo Arévalo tiene un perfil académico, ha sido diputado y el partido Semilla es un partido relativamente nuevo se ha mantenido alejado de estas redes clientelares, han hecho una oposición al gobierno, han denunciado la situación del país, todo eso hace que la población los vea como una opción más independiente de la política tradicional”, explicó Álvaro Montenegro, un reconocido analista guatemalteco y uno de los rostros más reconocidos de las protestas de 2015.
Rechazo a Sandra Torres
Sandra Torres, quien lideró el conteo con 15.8% de los votos, ha tenido los resultados más bajos desde que participó en los comicios de 2015 y 2019. Exesposa del fallecido expresidente Álvaro Colom (2008-2012), es percibida como una aliada del actual presidente Alejandro Giammattei, a quien apenas criticó durante la campaña electoral.
“Es muy difícil para ella, es una persona muy rechazada a la que han demonizado y vilipendiado y que veremos muchas fuerzas del sistema que lo hicieron durante muchos años, ahora apoyarla, pero es muy poco creíble ese apoyo cuando te has dedicado a llamar a alguien guerrillera”, dice Daniel Haering, un académico y analista guatemalteco.
Las encuestas daban a Torres la ventaja y pronosticaban que Zury Ríos, la hija del desaparecido ex dictador militar, Efraín Ríos Montt y el exdiplomático, Edmond Mulet, eran quienes tenían mayores posibilidades de pasar a segunda vuelta, pero ninguno de los dos alcanzó más del 8% de los votos.
“El fracaso de Zury y Mulet radican en que no lograron establecer entre el electorado una clara diferencia entre sus propuestas, y la política tradicional. Y de cierta manera, tampoco pudieron capitalizar los votos a los que no se les permitió participar en primera vuelta”, explicó Maul.
“Los votantes no vieron en Zury y Mulet para lograr un quiebre con la situación que les incomodaba, algunas acciones de ellos tampoco ayudaron mucho, errores tácticos que es fácil verlos en la distancia, como los ofrecimientos a diestra y siniestra”, subrayó Maul.
Montenegro coincide y sostiene que “hay un rechazo muy fuerte a la política corrupta tradicional que está personificada en Zury Ríos, el candidato oficial Manuel Conde y Edmond Mulet”.
Conde fue el tercero en la votación, pero muy lejos para avanzar a segunda vuelta.