La codictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, denunció este lunes lo que calificó como una “situación compleja y contradictoria” por parte del Gobierno de Panamá, al acusar que la reciente solicitud de una alerta roja de Interpol contra el expresidente Ricardo Martinelli constituye una “trampa” y una “emboscada” que ha detenido temporalmente su traslado a territorio nicaragüense.
En una nota oficial leída por Murillo en su alocución diaria a través de medios estatales, el régimen sandinista criticó que, tras haber otorgado un salvoconducto para permitir la salida de Martinelli desde la embajada de Nicaragua en Panamá, las autoridades panameñas hayan solicitado casi de inmediato una orden de captura internacional contra el exmandatario.
“Esta conducta contradictoria pareciera una trampa legal que pretende complicidades y deslealtades ajenas al comportamiento político coherente con las Convenciones Internacionales”, afirmó Murillo, vocera del Ejecutivo nicaragüense.
#URGENTE
Rosario Murillo, copresidenta de Nicaragua, acusa a Mulino de difamar a Nicaragua y exige su derecho a un puesto en la Secretaría General del SICA.
Afirmó que no recibirá a Ricardo Martinelli en Nicaragua.
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Martinelli, quien enfrenta una condena firme a más de 10 años de prisión por blanqueo de capitales en su país, se refugió en la sede diplomática nicaragüense en Panamá desde el 7 de febrero, y fue beneficiado con asilo por parte del gobierno de Daniel Ortega.
Sin embargo, hasta la fecha no ha logrado salir del país debido a disputas diplomáticas entre ambos gobiernos.
Según el comunicado, Nicaragua ha informado a Panamá que no procederá con el traslado de Martinelli hasta que se resuelva lo que considera una “incongruencia” entre el otorgamiento del salvoconducto y la posterior emisión de una alerta roja internacional.
“El ciudadano expresidente, en condición de asilo y refugio, estaría expuesto a acciones agresivas que podrían generar un conflicto internacional que ni nos interesa, ni nos incumbe”, señaló Murillo, acusando a las autoridades panameñas de actuar de forma “absurda” y “ofensiva”.
La dicatdura de Ortega también reprochó al presidente panameño, José Raúl Mulino, por supuestas declaraciones contra Nicaragua y por bloquear su participación en instancias regionales como la Secretaría General del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), alegando una “complicidad con otros países”.
En su declaración, Murillo exigió al Ejecutivo panameño actuar con “respeto y hermandad” y reclamó una postura “política y humanista” en el tratamiento del caso.
Hasta el momento, las autoridades panameñas no han respondido públicamente a las nuevas acusaciones del régimen nicaragüense.
El caso Martinelli ha elevado la tensión entre ambos países centroamericanos, y mantiene en vilo una delicada operación diplomática que podría tener repercusiones en el ámbito regional e internacional.