La decisión de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo de anular la personería jurídica y confiscar las propiedades del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae) en Nicaragua, generó repudio en toda la región.
La expresidenta costarricense, Laura Chinchilla, consideró la medida como “un arrebato más de arbitrariedad e insensatez el régimen Ortega-Murillo”.
“Al igual que lo hemos hecho con los miles de perseguidos políticos, Costa Rica seguirá brindando abrigo a esta gran institución”, dijo Chinchilla.
El Incae tiene un campus en Alajuela, Costa Rica, fundado en los años 80. El campus de Managua había sido fundado en 1969.
El exministro de Economía hondureño, Pedro J. Barquero denunció que “esto es lo que hacen las dictaduras socialistas: atacan a la empresa privada, eliminan los empleos, aumentan la pobreza, atacan las iglesias y luego atacan la educación”.
“No permitamos que esto nos pase a nosotros”, subrayó.
El empresario Eduardo Facussé, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Cortés, en Honduras, también repudió la decisión.
“El “Gobierno” de Nicaragua es un régimen que solo abraza la ignorancia, la soberbia y el resentimiento. No hay espacio para la democracia, la libertad, la educación ni la inversión. Debemos apartarnos y denunciar esta autocracia que malvadamente carcome a Centroamérica”, escribió Facussé en sus redes sociales.
En Guatemala, el reconocido diputado Carlos Barreda calificó de retroceso inmenso la medida.
“La dictadura de Nicaragua cancela la mejor escuela de negocios de Centroamérica, INCAE. Mientras el régimen corrupto en Guatemala , destruyó a la USAC (la estatal Universidad de San Carlos). El retroceso es inmenso en calidad educativa, investigación, docencia, infraestructura y cobertura”, afirmó Barreda.
En El Salvador, el reconocido economista Rafael Lemus, sostuvo que “cancelar el Incae– Managua es un autogolpe al progreso”.
“El Dictador de Ortega rechaza una de las mejoras escuelas de negocios de América”, dijo Lemus.
Opositores nicaragüenses: “es una barbarie”
Varios reconocidos dirigentes opositores nicaragüenses también rechazaron la confiscación del Incae, que fue sede de los diálogos entre la dictadura de Ortega y la oposición tras la crisis de 2018.
“La dictadura cavernaria no quiere dejar nada en pie que signifique pensamiento o educación independiente. La cancelación y decomiso del Incae no cae como una sorpresa, eso lo estábamos esperando”, dijo Juan Sebastián Chamorro, exprecandidato presidencial y expreso político nicaragüense, asilado en Estados Unidos.
“Queda eliminada una casa de estudios de mucha importancia, fundada a instancias del presidente John F. Kennedy con la Universidad de Harvardad y liderazgos empresariales de toda Centroamérica. Una barbarie, un abuso más de la dictadura que se hayan robado el INCAE”, dijo Chamorro.
Mi opinión sobre el robo del @INCAE. pic.twitter.com/k8UakDfBnP
— Juan Sebastián Chamorro (@Jschamorrog) September 25, 2023
Por su parte, el también exprecandidato presidencial y expreso político nicaragüense, Félix Maradiaga, expresó su solidaridad con el Incae y dijo que se la había expresado personalmente al rector Enrique Bolaños.
“La dictadura sandinista de los Ortega continúa mostrando su voraz irrespeto hacia la propiedad privada y las instituciones académicas. Como nicaragüense y graduado de uno de los programas de INCAE, me llena de gran indignación ese robo. Esa arbitrariedad no quedará impune, y tampoco el robo de la UCA. Tarde o temprano, los usurpadores de la dictadura serán obligados a devolver lo que han robado. Cuando se restablezca la democracia, nunca más en la historia de Nicaragua se deberá permitir otra piñata”, dijo Maradiaga.
La excomandante guerrillera y expresa política, Dora María Téllez, sostuvo que “la consigna de los Ortega Murillo es muerte a la educación”.
“Entre menos educado el pueblo nicaragüense, mejor para ellos. Su única oferta para Nicaragua es arrasar con todo. Incapaces y temerosos”, escribió Téllez.
La política nicaragüense, Kitty Monterrey, sostuvo que “el cierre y confiscación de la sede del INCAE en Nicaragua es una agresión a todos los centroamericanos y profundiza el aislamiento de nuestro país”.
“Los nicaragüenses condenamos este nuevo ataque contra la educación de calidad y nos solidarizamos con la comunidad incaísta”, subrayó Monterrey.