¿Está el presidente Rodrigo Chaves considerando dejar la silla presidencial para buscar una diputación en las elecciones de 2026? Bueno, según sus propias palabras, “puede ser que sí, puede ser que no”.
Y si hay algo que el mandatario ha dejado claro en su más reciente intervención pública es que, cuando se trata de sarcasmo y juego político, tiene un don innegable.
En una entrevista con la periodista Evelyn Fachler, en el programa Por tres razones de Radio Columbia, Chaves se refirió de manera irónica a los rumores que circulan sobre su posible renuncia para postularse como diputado.
El presidente, con su característico tono socarrón, no negó ni confirmó nada, aunque claro, dejó suficiente material para que las especulaciones sigan creciendo.
“Claudio Alpízar anda todo preocupado, diciendo que yo me voy a ir seis meses antes para ser diputado. ¡Gracias por la idea, Claudio, porque no la había pensado!”, soltó Chaves con una risa que no hizo más que avivar la llama de los rumores. Pero como todo buen jugador de ajedrez político, añadió: “Lo voy a meditar. Puede ser que sí, puede ser que no, probablemente no”.
¿Renuncia o juego político?
El presidente, con su estilo irascible y sarcástico, ha sido cuestionado por su narrativa pública ofensiva. ¿Qué mejor forma de mantener a todos en vilo que con una respuesta ambigua y cargada de ironía? “Ni lo voy a negar, ni lo voy a confirmar, ni lo contrario”, remató, una frase que no solo deja la puerta abierta a cualquier interpretación, sino que parece diseñada para burlarse de los comentarios.
Sin embargo, más allá de las bromas, el contexto es claro: según el artículo 109 de la Constitución Política de Costa Rica, Chaves tendría que renunciar a la presidencia seis meses antes de la elección para poder postularse como diputado.
Pero, ¿realmente está considerando esa opción? Con Chaves, cualquier cosa es posible. Su estilo no solo es impredecible, sino que parece disfrutar del caos que genera.
La realidad es que, entre risas y sarcasmos, Chaves ha dado pocas respuestas concretas, pero ha alimentado un debate que, probablemente, él mismo goza en ver cómo crece.
Y mientras tanto, el país se queda preguntándose: ¿es esto parte de una estrategia política más amplia o simplemente una de sus muchas formas de mantenerse en el centro de atención con conflictos inverosímiles?
El presidente, como siempre, sigue siendo un enigma envuelto en una broma, y los costarricenses, expectantes, observan cómo el juego político se desarrolla. ¿Renunciará? Quizás sí, quizás no, pero lo que es seguro es que Chaves seguirá haciendo lo que mejor sabe: culpando a otros de sus decisiones o indecisiones.