Salida de Corte Centroamericana refleja debilidad de la dictadura nicaragüense, dice oposición

La oposición nicaragüense celebró la derrota de Ortega en el SICA y dice que su salida de la CCJ es un acto de desestabiización a la región.

La Corte Centroamericana de Justicia solo está integrada por magistrados de Honduras y El Salvador, tras la salida de Nicaragua.

La decisión del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo de retirarse de la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ) es interpretada por la oposición nicaragüense en el exilio como una muestra de su aislamiento y su fracaso en imponer su agenda en los foros regionales.

Líderes opositores consideran que esta maniobra no responde a un acto soberano, sino a la incapacidad de la dictadura de posicionar sus intereses, particularmente su alineación con China y Rusia, dentro del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y otras instancias multilaterales.

El exprecandidato presidencial y exiliado Félix Maradiaga afirmó que la salida de la CCJ confirma que “Ortega y Murillo han convertido a Nicaragua en una colonia de China y Rusia”, a cuyos regímenes, según dijo, han entregado la soberanía nacional “a cambio de apoyo político y recursos para sostener su represión”.

“No es un acto soberano, sino un desordenado intento de desestabilización para presionar a los gobiernos centroamericanos que no ceden a su voluntad”, añadió Maradiaga, quien calificó la medida como una “pataleta” de la dictadura sandinista.

“La región no puede seguir tolerando los berrinches, chantajes y sabotajes de un dictador acomplejado”, afirmó.

Un patrón de autoexclusión tras derrotas diplomáticas

La salida de la CCJ se suma a una serie de retiros de Nicaragua de organismos internacionales en los últimos años.

En 2021, el régimen sandinista anunció su salida de la Organización de Estados Americanos (OEA) después de que el organismo condenara el proceso electoral en el que Ortega se reeligió sin competencia real.

También expulsó del país a los representantes de la FAO, ACNUDH y Acnur.

Posteriormente, abandonó el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y otras entidades tras ser objeto de señalamientos por violaciones a los derechos humanos y falta de garantías democráticas.

Para el también exprecandidato presidencial Juan Sebastián Chamorro, el régimen tomó esta decisión tras ser derrotado en su intento de imponer como secretario general del SICA a su ex canciller Denis Moncada Colindres. “Cuando no logra controlar un foro, recurre a su política de autoexclusión”, explicó.

Chamorro minimizó el impacto de la salida de Nicaragua de la CCJ, señalando que el organismo tenía una institucionalidad debilitada y que sus resoluciones no son vinculantes. Sin embargo, advirtió que la mayor incógnita es qué sucederá con la sede de la CCJ en Managua. “Posiblemente se la vayan a robar para beneficiar a alguna instancia del régimen o a algún funcionario”, sostuvo.

Oposición celebra el revés de Ortega en el SICA

Desde el exilio, activistas nicaragüenses consideran que la salida de la CCJ es el resultado del fracaso del régimen en su intento de controlar el SICA y de imponer una agenda alineada con sus aliados geopolíticos.

“La derrota de la dictadura Ortega-Murillo en su intento de tomar la Secretaría General del SICA es un triunfo para los pueblos de Centroamérica y constituye un mayor aislamiento político y diplomático para el régimen. Su retiro de la Corte Centroamericana de Justicia es porque su demanda no prosperó”, escribió en X la activista desterrada María Haydée Castillo.

Mientras la dictadura sigue alejándose de los organismos internacionales que no logra manipular, la oposición en el exilio insiste en que este aislamiento solo evidencia la pérdida de influencia de Ortega y el fortalecimiento de los sectores democráticos en la región.

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