Trump pidió evaluar el aumento de la presencia militar en Panamá en medio de tensiones por el Canal

El gobierno de Trump evalúa aumentar su presencia militar en Panamá para “recuperar” el Canal, mientras el gobierno panameño endurece su política migratoria y cierra centros en Darién.

La administración de Donald Trump habría solicitado al ejército estadounidense desarrollar planes para incrementar su presencia militar en Panamá con el objetivo de “recuperar” el control del Canal, según informaron fuentes oficiales a la cadena estadounidense NBC News.

Según NBC, Estados Unidos buscaría incrementar la presencia militar en Panamá en sus intentos por recuperar el control del Canal, algo que el canciller panameño, Javier Martínez Acha, rechazó las versiones que, según algunos son rumores.

Y mientras Washington evalúa medidas para contrarrestar la influencia china en la región, el gobierno panameño refuerza su control migratorio en Darién y cierra centros de atención a migrantes.

“El Canal es de los panameños y seguirá siendo de los panameños”, insistió el funcionario, una frase que ha repetido en diferentes ocasiones el presidente José Raúl Mulino.

Esta propuesta se enmarca en las crecientes preocupaciones de Washington sobre la influencia de China en la región y el posible impacto en el tránsito de embarcaciones estadounidenses.

El Comando Sur de Estados Unidos está evaluando distintas opciones, desde una mayor cooperación con las fuerzas de seguridad panameñas hasta una eventual intervención militar, aunque esta última posibilidad es considerada remota. Fuentes oficiales indicaron que el despliegue de tropas dependería del nivel de cooperación de las autoridades panameñas.

Durante una visita a Panamá el mes pasado, el secretario de Estado Marco Rubio manifestó al presidente panameño, José Raúl Mulino, que “el status quo es inaceptable” respecto a la creciente influencia china en Panamá. Mulino aseguró que el Canal de Panamá sigue siendo administrado de manera soberana y negó cualquier cesión de control a China.

Rechazo panameño

Por su parte, el canciller panameño, Javier Martínez Acha, respondió a las versiones sobre un posible aumento de la presencia militar estadounidense, afirmando que “el Canal es de los panameños y seguirá siendo de los panameños”. Además, subrayó que Panamá se mantendrá firme en la defensa de su soberanía, aunque reiteró la relación histórica de cooperación entre ambos países.

Mientras tanto, el gobierno de Panamá anunció el cierre progresivo de los centros de atención a migrantes en la selva del Darién, justificando la medida en la drástica reducción del flujo migratorio. Mulino informó que ya no se permitirá la entrada de migrantes en Bajo Chiquito y Canaán Membrillo, y que aquellos que logren cruzar serán retornados a sus países de origen.

“Hace un año teníamos 36,841 migrantes cruzando por Darién; hoy, en marzo, llegamos a 112. Es una disminución importantísima que representa entre el 97 % y el 98 % de éxito por parte de las autoridades de migración y del Senafront que colaboran en esa área”, destacó el mandatario.

La ruta del Darién ha sido utilizada por cientos de miles de migrantes en su intento por llegar a Norteamérica, enfrentando condiciones extremas, violencia y el riesgo de trata de personas. Según datos oficiales, en 2023 más de 520,000 migrantes atravesaron esta peligrosa zona fronteriza entre Colombia y Panamá.

El creciente interés de Estados Unidos en reforzar su presencia en Panamá también responde a la preocupación por la participación de China en proyectos de infraestructura clave en el país. Trump ha expresado en reiteradas ocasiones su intención de garantizar el control estadounidense sobre el canal, argumentando que Pekín podría utilizar su influencia para restringir el tránsito de embarcaciones estadounidenses en caso de conflicto.

Panamá y China han negado cualquier tipo de injerencia extranjera en la operación del canal, cuya neutralidad está protegida por la Constitución panameña. Sin embargo, funcionarios estadounidenses consideran que la creciente inversión china en la región podría representar un riesgo geopolítico para Washington.

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