La visita del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, a Costa Rica ha suscitado un sinfín de polémicas que evidencian una profunda división en la sociedad costarricense y en sus instituciones.
Entre los temas más controvertidos se cuentan la negativa de los presidentes de los poderes Legislativo y Judicial a recibir al mandatario salvadoreño, el uso de símbolos nacionales en una valla de bienvenida considerada ilegal, y el otorgamiento de una condecoración que muchos costarricenses creen que Bukele no merece.
Su visita se da en el contexto de una ola de violencia sin precedentes en Costa Rica, lo que ha llevado a algunos sectores a ver en el enfoque de “mano dura” de Bukele un modelo a seguir, mientras otros rechazan enérgicamente sus métodos por considerarlos antidemocráticos.
Un consejo de “mano dura” para Costa Rica
La visita de Bukele, de 2 días de duración, comenzó con una rueda de prensa junto a su homólogo costarricense, Rodrigo Chaves, en Casa Presidencial en San José.
Allí, el presidente salvadoreño, sin rodeos, ofreció sus “consejos” sobre cómo enfrentar la creciente ola de violencia en Costa Rica, país que hasta hace pocos años se enorgullecía de ser uno de los más pacíficos de la región.
Bukele recomendó una estrategia de seguridad alineada con su propio enfoque, sugiriendo que Costa Rica debería unirse detrás de un plan firme para frenar el crimen “o no va a funcionar”, dijo enfáticamente.
Países hermanos 🇸🇻🇨🇷
Sister countries 🇸🇻🇨🇷 pic.twitter.com/lxLUAH3kKN
— Nayib Bukele (@nayibbukele) November 12, 2024
“Si nos acepta un consejo en el tema de seguridad, tienen que ponerse todos detrás del plan o no va a funcionar”, afirmó Bukele.
El mandatario salvadoreño destacó que, antes de que él asumiera el poder, El Salvador “tenía niveles de inseguridad que tiene Costa Rica hoy” y que gracias a sus políticas de seguridad, su país se ha convertido en uno de los más seguros del hemisferio occidental.
No obstante, estas declaraciones encontraron detractores de inmediato. Tanto el Congreso como el Poder Judicial de Costa Rica rechazaron reunirse con Bukele, pues consideran que sus políticas de seguridad han debilitado las instituciones democráticas y los derechos humanos en El Salvador.
Según informes de organismos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, la “guerra” de Bukele contra las pandillas ha llevado a miles de detenciones arbitrarias y más de 300 muertes bajo custodia estatal desde el inicio del régimen de excepción en 2022.
Una valla de bienvenida fuera de la ley
A la controversia se sumó la instalación de una valla publicitaria que daba la bienvenida a Bukele en San José, la cual incluía los emblemas patrios de Costa Rica, un uso prohibido por la ley costarricense.
Según la legislación, los símbolos nacionales deben emplearse exclusivamente en actos de carácter oficial y con la debida autorización, especialmente cuando se trata de figuras políticas de otro país.
La imagen de Bukele junto al escudo y bandera costarricense provocó una inmediata reacción negativa en redes sociales y fue objeto de críticas por parte de sectores que lo vieron como una falta de respeto a la soberanía nacional.
El Presidente llegó al Teatro Nacional de Costa Rica para la Cena de Estado.
Gracias hermanos costarricenses.
¡Pura vida! #BukeleEnCostaRica 🇸🇻🇨🇷 pic.twitter.com/jD0cpl6oTX— Casa Presidencial 🇸🇻 (@PresidenciaSV) November 12, 2024
“Es una violación a la Ley de Símbolos Nacionales y un agravio a nuestro orgullo patrio”, comentó un activista cultural costarricense.
La valla fue retirada poco después, pero el malestar persistió y muchos señalaron que el incidente evidenciaba la parcialidad del gobierno de Chaves hacia Bukele.
Un reconocimiento cuestionado
Uno de los puntos álgidos de la visita fue la entrega a Bukele de la “Orden Nacional Juan Mora Fernández, grado de Gran Cruz Placa de Oro”, una de las más altas condecoraciones que Costa Rica otorga a extranjeros.
Tradicionalmente, esta distinción se ha entregado a personalidades con contribuciones significativas a Costa Rica o al ámbito internacional en favor de la paz, la democracia y el desarrollo.
En el pasado, figuras como los reyes de España Juan Carlos I y Sofía, así como embajadores destacados, han recibido esta medalla.
La decisión de otorgar este reconocimiento a Bukele fue vista como un gesto de aprobación de sus métodos de seguridad y gobierno, lo cual indignó a múltiples sectores de la sociedad costarricense.
El historiador Arnaldo Moya declaró que “esta medalla se ha dado a personas de renombre que han contribuido a los ideales democráticos, algo que Bukele, con sus cuestionamientos en derechos humanos y reformas constitucionales para asegurar su reelección, no representa”.
La diputada independiente Gloria Navas también se manifestó en contra del reconocimiento, calificándolo como una “afrenta al principio democrático de Costa Rica”.
“Es una bofetada a la democracia costarricense y a los derechos fundamentales”, agregó Navas.
Otros diputados, como Ariel Robles del Frente Amplio, cuestionaron los méritos de Bukele para recibir tal distinción y señalaron que el reconocimiento valida implícitamente las controvertidas prácticas de seguridad y control del mandatario salvadoreño.
El contexto de violencia en Costa Rica
Costa Rica vive un momento crítico en términos de seguridad, con un índice de homicidios que ha alcanzado cifras récord en los últimos dos años.
En 2023, el país registró 907 muertes violentas, una cifra sin precedentes. En lo que va de 2024, las estadísticas del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) reportan ya 757 asesinatos.
La nueva cifra preocupa a las autoridades y ha generado un debate sobre la necesidad de políticas más estrictas para enfrentar el crimen organizado y el narcotráfico.
La estrategia de Bukele en El Salvador ha generado interés en algunos sectores de la sociedad costarricense, especialmente entre los jóvenes que, según encuestas recientes, ven con buenos ojos un enfoque de “mano dura”.
Sin embargo, muchos costarricenses aún valoran el respeto a los derechos humanos y la transparencia institucional, elementos que consideran esenciales para la democracia.
PALABRA DADA… PALABRA CUMPLIDA La promesa de ayuda, dada por el Presidente Bukele al Presidente Chaves, se cumple con la llegada del primer grupo de 100 rescatistas de un grupo de 300 que terminarán de llegar hoy junto a ayuda humanitaria y equipo de rescate. pic.twitter.com/PX9GRY3P7y
— Seguridad Pública (@seguridadcrc) November 12, 2024
En las redes sociales, la batalla digital sobre quienes apoyan el método Bukele y quienes lo rechazan, ha intoxicado el debate con participación de miles de cuentas aparentemente “troles” de El Salvador y “granjas” que se sospechan son financiadas por Chaves.
El mismo Chaves ha echado leña al fuego al cuestionar a quienes critican a Bukele y darle like y compartir mensajes de apoyo al presidente salvadoreño.
La fractura en la sociedad costarricense
La visita de Bukele ha expuesto una creciente fractura en Costa Rica entre quienes apoyan un enfoque más enérgico contra el crimen, aunque eso implique restricciones a las libertades individuales, y quienes temen que el país pueda perder su identidad democrática.
Para algunos, el apoyo del presidente Rodrigo Chaves a Bukele es un intento de buscar inspiración en un líder que, aunque controvertido, ha mostrado resultados en términos de seguridad. Para otros, es un peligroso guiño a un modelo autoritario que pone en riesgo las instituciones democráticas de la nación.
La división entre los costarricenses revela las preocupaciones de una sociedad que enfrenta una encrucijada: mantenerse fiel a sus principios democráticos o apostar por una estrategia de control que algunos consideran necesaria para detener el avance de la violencia.