No estaba muerto, sólo ebrio y dormido. La llamada de alerta de ciudadanos que transitaban por el kilómetro 39 de la autopista Palín-Escuintla de Guatemala que reportaron un “bulto” que aparentemente era el cadáver de un hombre terminó siendo alguien pasado de tragos recostado entre matorrales para descansar.
Cuando los Bomberos Voluntarios y policías llegaron al lugar efectivamente encontraron un cuerpo, como lo habían comunicado alarmados guatemaltecos. Estaba donde dijeron, tirado a un lado de la carretera, pero al revisarlo se percataron que era un ebrio que se tiró al suelo para entregarse al profundo sueño de aquellos que beben consuetudinariamente.
El hombre que provocó la alarma es un joven de 21 años quien se encuentra ileso y, casi seguro, con una goma de las que a cualquiera le hacen ver hasta demonios y jurar que no volverá a beber.
En un país tan violento como Guatemala toparse con un cadáver tirado al lado de una carretera no es inusual.