El aumento de menores de edad migrantes irregulares en Centroamérica es una de las causas para que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), mantenga sus alarmas encendidas, de acuerdo a un reporte sobre América Latina y el Caribe presentado este jueves.
Según El rostro cambiante de la niñez migrante en América Latina y el Caribe, como se titula el reporte, la región “alberga una de las mayores y más complejas crisis de la niñez migrante del mundo”.
Dos de los puntos críticos de migración de niños y adolescentes son el Darién, la terrible selva que divide Panamá y Colombia, y el Norte de Centroamérica, de acuerdo al informe.
Familias de Honduras, El Salvador y Venezuela comparten sus angustiosos viajes para huir de la pobreza y la violencia en busca de una vida mejor.
Nuestro último informe establece acciones claras para garantizar los derechos y el bienestar de los niños migrantes y refugiados.
— UNICEF en español (@unicefenespanol) September 7, 2023
“En toda la región, millones de niños, niñas, adolescentes y sus familias han abandonado sus escuelas, amigos y comunidades como parte de tres grandes flujos migratorios mixtos e innumerables flujos de menor escala”, dice.
Muchos de estos menores están haciendo las travesías internacionales sin sus padres o algún adulto.
“En la actualidad, el grupo más numeroso de niños, niñas y adolescentes migrantes está conformado por menores de 11 años, que representan hasta el 91% de los niños y niñas desplazados en algunos puntos de tránsito clave”, explica la UNICEF.
“Más de 541,000 nacionales de países del norte de América Central encontrados en la frontera sur de los Estados Unidos en 2022; incluidos más de 140,000 niños, niñas, adolescentes y familiares, y 114,
585 niños, niñas y adolescentes no acompañados”, explica el informe.
Otro dato alarmante es que más de 40,000 menores ha cruzado el Darién, donde las historias de peligros por traficantes, amenazas naturales y delincuentes son habituales.
“En la última década, México y los países del norte de Centroamérica – El Salvador, Guatemala y Honduras – han experimentado ciclos de movimientos migratorios mixtos a gran escala. Cada año, cientos de miles de migrantes y solicitantes de asilo, en proporción cada vez mayor, de los cuales la mayoría son niños, niñas, adolescentes y familias, se desplazan entre estos países y hacia los Estados Unidos y Canadá”, agrega el reporte.