La violencia en Costa Rica sigue incontenible y los últimos tres días han sido particularmente sangrientos: 9 homicidios en 12 horas, un espeluznante récord en este país que ha dejado atrás los aires de tranquilidad y vida pacífica de los que gozó.
Entre esos asesinatos figuran un ataque a tiros en el que murieron 3 personas y otro en el que mataron a 2 más. En algunos casos, los criminales utilizaron fusiles automáticos AK-47.
Y mientras los crímenes se siguen sumando, los empresarios ponen el grito en el cielo y le piden al gobierno de Rodrigo Chaves que declare emergencia nacional a raíz del incremento de la criminalidad y la inseguridad en todo el país.
La Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep) considera que la situación es ya insostenible.
Sin embargo, la respuesta del gobierno no llega con la contundencia que muchos costarricenses esperan.
Una encuesta que evalúa el trabajo del gobierno y que fue dada a conocer hace pocos días indica que para los ticos, la inseguridad y la violencia es el segundo problema más grave actualmente, solo superado por el desempleo.
Las autoridades costarricenses de seguridad, incluso el mismo presidente Chaves, dicen que la violencia desatada tiene que ver con el narcotráfico.
Las bandas que controlan el trasiego y la venta de drogas se pelean plazas y por eso se ha disparado la violencia.
En 2022, Costa Rica tuvo 656 asesinatos, una cifra 66.5% más alta que la reportada hace una década.
Y para acentuar el escándalo, los homicidios reportados en 2023 son un 30% mayor.
Si la tendencia se mantiene, este año podrían registrar más de 800 asesinatos.