Ángel Menéndez Cifuentes llegó por primera vez a Taiwán en 2009. Entonces era un inquieto joven estudiante de Mecatrónica en la Universidad del Valle en Guatemala que logró una beca de estudios, 14 años después es un experimentado ingeniero aeroespacial que estudia su doctorado y ya lanza satélites al espacio desde el país asiático.
“Estaban ofreciendo becas, yo estaba estudiando ingeniería en mecatrónica en la Universidad del Valle en Guatemala, pero como solo había becas para ingeniería mecánica para venir a Taiwán en esa época, entonces pues yo me vine a estudiar esa ingeniería, pero ya estando aquí me di cuenta que la universidad ofrecía la oportunidad para estudiar una segunda carrera simultánea y como yo tenía bien claro que era lo que quería aprender pues fue que decidí estudiar simultáneamente ingeniería en electrónica, entonces yo me gradué con dos títulos de ingeniería”, relató Menéndez en una entrevista con Centroamerica360.
Menéndez hizo un gran esfuerzo y logró graduarse en cuatro años de las dos ingenierías, el tiempo que le cubría la beca.
Ángel no se quedó conforme. Aprendió chino mandarín y después hizo su maestría en ingeniería aeroespacial.
“Me gradué en el año 2017, regresé a Guatemala un tiempo a dar clases en la Universidad”, recuerda.
Fue entonces que se involucró con casi un centenar de personas en un proyecto para lanzar el primer satélite guatemalteco. En 2019 regresó a Taiwán a estudiar su doctorado en Ingeniería Aeroespacial y actualmente está terminando su cuarto año de doctorado. Le queda un año más para completar su aventura académica.
Ángel es el hijo de una química bióloga y un padre médico ginecólogo.
“Creo que por haber tenido dos papás que fueron a la universidad y más la experiencia de mi mama de haberse ido de su ciudad, Quetzaltenango, para poder estudiar, creo que fue parte de lo que a uno lo motiva de irse, bueno en sus tiempos era moverse de ciudad, en el día de hoy tal vez uno se puede mover de país si uno quiere estudiar algo más”, comenta.
Lanzando satélites
Menéndez estudia en la Universidad Nacional de Cheng Kung, que tiene más de 24 mil estudiantes y desde ahí trabaja en el diseño y lanzamiento de satélites de tipo Qsat, unos pequeños satélites de observación de la tierra.
Ángel, de 34 años, trabaja en satélites Qsat , que se miden por unidades de Q, una unidad Qsat son 10cm x10cm x 10cm, dos unidades es 10cm x 10cm x 20cm más o menos y así sucesivamente.
“La ventaja es como todos los satélites son cubos o se manejan por unidad por cubos, hay ciertos componentes que uno no tiene que diseñar desde cero, si no que ya puede comprar hechas algunas partes y también hay proveedores de lanzamientos para ese tipo de satélites entonces son como más accesibles en cuanto al aspecto económico, son más rentables y uno ya se dedica a hacer solo la parte de la ciencia”, explica el ingeniero guatemalteco.
Ángel explica que básicamente este tipo de satélites es un prisma rectangular.
Físicamente hay protocolos para manipularlos y por eso uno siempre se pone guantes.
“Pero sí se puede cargar, es como un bebé, en cuestión de tamaño es como un bebé recién nacido”, agrega.
El fin principal de los satélites en los que participa Ángel tienen que ver con educación.
“Viene gente que nunca ha visto un satélite en su vida, gente que nunca ha hecho nada de esto y entonces empiezan a aprender”, relata.
Actualmente Ángel trabaja en probar un reloj atómico.
“Tenemos una cámara con la que estamos tomando imágenes desde el espacio, estamos probando una antena nueva de GPS que está desarrollando la agencia espacial de Taiwán y lo mismo ellos querían probar primero con una antenita pequeña en nuestro satélite y ahora que ya tienen la data de regreso ya pueden decir, ok sí funcionó o no funcionó, qué arreglos se le hacen y más adelante ellos pueden lanzar una más grande en un satélite más grande”, explica.
La imagen satelital de Guatemala
Fue en el lanzamiento de uno de esos satélites que Ángel tuvo la emoción de ver la imagen de Guatemala y Centroamérica desde el espacio.
“Uno se emociona desde que sabe que está tomando la foto, es un poco extraño porque uno está acostumbrado a mapas con líneas y todo y uno está acostumbrado a las fotos de alta resolución, a unos satelitones que lanzan las grandes agencias espaciales, entonces como nuestra cámara era bastante pequeña, entonces sí se ve la foto y cuando uno sabe la posición exacta donde está ubicado el satélite, uno entiende qué es lo que está viendo, pero sin las líneas de donde están las fronteras y eso, se ve la península de Yucatán, se ve hasta Nicaragua o solo un poquito de Honduras, pero como realmente la división entre Guatemala y México es imaginaria entonces pues uno se emociona, pero realmente la fotografía es como bastante sencilla pues”, comenta.
Según Menéndez, en Taiwán “están muy avanzados, tienen satélites”, y recuerda que lo que Taiwán más exporta son chips.
La beca de Taiwán
Ángel dice que se sintió muy afortunado de haber recibido una beca de Taiwán pero también está satisfecho que hoy aporta sus conocimientos en ese país.
“Uno percibe cierta asimetría porque uno dice oh gracias me están dando una beca, me están patrocinando todo para venir aquí, pero realmente también ya estando uno dentro del proyecto, uno realmente también aporta mucho, uno aporta su trabajo, su conocimiento, uno encuentra soluciones, uno encuentra maneras, entonces ahí es donde uno ya realmente siente que sí puedo aportar de regreso al país anfitrión que lo tiene a uno, incluso en términos más intelectuales o académicos, digamos uno aporta también la presencia de uno en el proyecto”, dice Menéndez.
Ángel valora lo aprendido en Taiwán, los conocimientos científicos, el idioma, las personas.
“Uno se da cuentas que hay países que son muy desarrollados, tienen muchas cosas buenas, hay aspectos en la sociedad que también a veces son un poco incómodos, a veces uno encuentra diferentes aspectos de la sociedad, uno ve que les funciona, porque les funciona y uno también toma en cuenta a su país y aprende a valorar lo que uno trae, que es lo que uno es y en qué aspectos también nuestros países podrían mejorar bastante”, reflexiona.
La República de China -nombre oficial de Taiwán- ha otorgado unas 440 becas a estudiantes guatemaltecos desde 2005. La embajada taiwanesa en Guatemala convoca periódicamente para ofrecer becas en coordinación con el gobierno de Guatemala. Las becas incluyen la colegiatura por cuatro años de carrera, un estipendio mensual, boletos aéreos y un seguro médico, entre otros beneficios.
Aportes para la región
Ángel cree que los países centroamericanos necesitan preparar profesionales en estas carreras.
“Ahora también vivimos en una época en la que tampoco solo se venden productos físicos, sino que a veces también se puede vender información, se puede vender data”, señala.
Menéndez cree que las industrias grandes y fuertes en nuestros países pueden verse beneficiadas de este tipo de proyectos satelitales.
“Yo sí creo que se podría hacer algún proyecto a futuro para monitorear la tierra, como está de sodio, de fósforo, de los elementos que necesitan las plantas para crecer, para hacer un café de mejor calidad, creo que sería de evaluar la posibilidad de si se une la suficiente cantidad de gente, porque claro, porque si una sola persona lo quiere para su finca un satélite tal vez no tiene mucho sentido, pero si usted ya lo ve desde una perspectiva de región, yo sí creo que sería muy rentable usar esta tecnología para evaluar que hace falta en donde y hacerlo ya como un tema de manejo de recursos o como un tema de logística, yo creo que se tendría acceso a más información y como usted sabe, a veces la información es algo que se puede transformar también en remuneración económica a futuro”, subraya Ángel.
¿Cómo seguir sus pasos?
Ángel recomienda a los guatemaltecos que quieran seguir sus pasos que “lo básico que se necesita para esto es matemática y física”.
“Lo bueno es que si lleva una secuencia lógica, yo creo que cualquiera lo puede aprender, cualquiera lo puede hacer, si se mantiene en el campo, si sigue intentando aprender un poco más”, señala.