Panamá continúa con su plan de cerrar el paso de migrantes por el Darién y acusa a su vecino Colombia, con quien comparte la frontera de esa selva, de no hacer lo necesaria para contener el paso de los viajeros irregulares.
El ministro de Seguridad, Frank Abrego, dijo que tras la instalación de las barricadas de alambres y el refuerzo de seguridad en las zonas costeras, ahora cada día se registra que “de entre 6,000 y 7,000 personas menos que han cruzado a través de la provincia de Darién por los caminos irregulares”.
Según el funcionario, Colombia tiene que reconocer que tiene un problema de falta de control en su frontera con Panamá y que está permitiendo el traslado de migrantes irregularesse desarrolle como una actividad económica normal.
#Radar| “Nosotros empezamos a hacer las coordinaciones durante la transición, y el 1 de julio se empezaron a instalar en seis de los siete pasos fronterizos cercas de alambre de púas y patrullas del Servicio Nacional de Fronteras”, @frankabregom, ministro de Seguridad. pic.twitter.com/x0CNfihyJz
— TVN Noticias (@tvnnoticias) July 21, 2024
“Aquí no es prohibida la llegada legal de nadie”, sostuvo.
El director de Migración, Roger Mojica, por su parte, explicó que el país no es “ni el origen ni el destino, sino el tránsito. Para esto haremos el llamado a la comunidad internacional para que pongan un granito de arena, el daño ambiental que está sufriendo el bosque del Darién es importante”.
El año pasado por la peligrosa Alva tropical transitaron más de 500,000 migrantes irregulares en su ruta hacia Estados Unidos.
Esto provocó que el Estado destinara millonarios recursos para atender el creciente problema.
El nuevo presidente José Raúl Mulino firmó con Estados Unidos un memorando de entendimiento para deportar a los migrantes irregulares que sean detenidos.