Los controles de seguridad fueron relajados y esto puso en peligro al Canal de Panamá y al país, después que la Autoridad Marítima permitieron el zarpe, arribo y tránsito de la embarcación MV Ophelia con bandera panameña que procedía de Venezuela con una carga de 47,252 toneladas de material DRI-B, el cual es considerado de alta peligrosidad por su explosividad.
El pasado 17 de marzo de 2023 la nave MV Ophelia, arribó a Panamá desde Trinidad y Tobago, sin embargo, se conoció que el origen oficial fue Venezuela. Esta embarcación llegó cargada con más de 47 ,000 toneladas de material DRI-B (hierro obtenido por reducción directa), un material considerado altamente peligroso cuando es transportado sin inertizar.
Ante este proceso, el Ministerio Público registra una denuncia por presunto delito contra la seguridad colectiva en modalidad de delitos contra los medios de transporte contra el capital de la nave, además, que incluye a todo aquel que resulte responsable por su conducción transportado o permitido el paso de dicha embarcación.
La misma se presenta porque incumplió las ordenanzas y normativas internacionales de seguridad en torno al manejo y traslado de carga peligrosa, determinadas en la Organización Marítima Internacional.
El Ophelia salió de Trinidad y Tobago hacia Panamá, donde pasó sin complicaciones administrativas, a pesar de estar cargado con material peligroso.
Uno de los asuntos que ha generado indignación es que la nave cruzó la vía marítima con tan solo haber enviado un correo con una copia de una carta, en la que advertía de la carga que transportaban y que debía de ser inertizada, pero sin solicitar la certificación, ya que el proceso se había realizado previo a la llegada al país centroamericano. Siendo ese el primer filtro de seguridad que el Ophelia pasó sin ningún problema.
Como parte de este proceso, los funcionarios Pablo Martínez, inspector, y Rafael Cigarruista, director de Marina Mercante de la AMP, tendrán que comparecer y presentar sus descargos.
Las disposiciones ante este caso, se debe a que en el año 2004, una embarcación M.V. YTHAN con bandera de las Islas Marshal, explotó y se hundió al norte de Santa Marta, Colombia, en el que murieron 6 tripulantes, pues la nave cargaba 30,000 toneladas de DRI-B.
Según las regulaciones internacionales previo a transportar este tipo de materiales se debe inertizar. Un proceso de inertización disminuye la probabilidad de combustión de materiales inflamables almacenados en un espacio confinado. Sin embargo, se conoció que por razones de seguridad este proceso no se pudo realizar en Venezuela.
Este tipo de movilidad de materiales, están estipulados y controlados a través del Código Marítimo Internacional para Cargas Sólidas a Granel (IMSBC) adoptado por el Comité de Seguridad Marítima de la Organización Marítima Internacional (OMI).
Según la información compartida por las autoridades panameñas, el capitán y el armador de la nave habían asumido el compromiso de realizar ese procedimiento en Trinidad y Tobago, donde cuentan con mejores condiciones de seguridad para realizar el proceso.
De acuerdo con información compartida por La Estrella de Panamá, 18 de marzo, Pablo Martínez, inspector de la AMP, llevó a cabo una inspección al buque, con la que confirmó que existía un manifiesto de la carga a bordo del Ophelia por lo que se llevó a cabo una inspección de campo, con la que descubrieron que la carga de DRI-B, llegaba sin inertizar y con ello, el mismo no era apto para transportar, ya que una revisión del Certificado de Cumplimiento de la OR italiana RINA, reveló que el MV Ophelia solo era apto para cargar y transportar carbón y briquetas de carbón color marrón.
Al problema se suma que el Ophelia tenía asuntos legales pendientes, dado que el dueño de la carga, había presentado una acción de secuestro contra la nave, motivo por el que la embarcación fue detenida atendiendo la solicitud de secuestro.
Se estima que con el proceso denunciado de secuestro, la embarcación estuvo durante 3 meses detenida en el país centroamericano hasta junio del año en curso, cuando reclasificaron de una OR panameña con licencia suspendida y con permiso de la AMP, eso le permitió zarpar de la región con las 47,000 toneladas de DRI-B.