El cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga se mostró preocupado por la actitud de los líderes de hoy, en particular de aquellos en Honduras, durante su homilía del segundo domingo de Adviento.
En su mensaje, ofrecido en la Basílica Menor de Suyapa en Tegucigalpa, Rodríguez Maradiaga no dudó en señalar la soberbia y arrogancia que, según él, caracteriza a muchos de los actuales dirigentes, tanto a nivel global como local.
“La soberbia y la arrogancia de muchos líderes en el mundo, y también en Honduras, nos dan tristeza”,
cardenal Óscar Rodriguez Maradiaga.
Lamentó que estas actitudes prevalezcan entre los responsables de la toma de decisiones en el país.
Su reflexión fue clara: es urgente que los líderes bajen las ambiciones y dejen atrás la autosuficiencia, elementos que, según Rodríguez Maradiaga, solo fomentan la desconexión con las realidades de la población.
Finalmente, el cardenal lanzó un mensaje de esperanza para Honduras, un país que enfrenta serios problemas de violencia, robo, maldad y odio.
“Podemos salir de esta situación. Honduras puede ser mejor”, aseguró, invitando a la población a abrazar el camino del Señor como el camino hacia una vida renovada y más justa.
Además destacó la importancia de “preparar el camino al Señor”, mensaje central de su homilía en este tiempo de Adviento.
Según Rodríguez Maradiaga, el propósito de este periodo es recordar a todos que no se puede permanecer indiferente ante el amor divino, que ofrece a todos, sin excepción, la oportunidad de una vida mejor.
En este contexto, el cardenal aprovechó para agradecer a Dios por el éxito de Teletón Honduras 2024, que alcanzó una meta recaudatoria de más de 78 millones de lempiras, una cifra que, en su opinión, beneficiará a miles de personas con limitaciones físicas o afectadas por accidentes.
“Qué lindo que con el esfuerzo de todos se hará vida más feliz para tantos que son limitados físicamente, víctimas de un accidente o de cualquier tipo de problemas”, dijo el cardenal, quien destacó el evento como un ejemplo palpable de solidaridad y amor, valores que, a su juicio, deberían ser reflejados también en la política.