Costa Rica, Guatemala, Honduras, Belice y Panamá junto a varios países de América Latina y el Caribe lanzaron una iniciativa conjunta para enfrentar el crimen organizado, una problemática que está costando miles de millones de dólares a las economías de la región.
En este esfuerzo, destacado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se unen gobiernos, organizaciones multilaterales y la sociedad civil con el objetivo de erradicar un fenómeno que opera a través de las fronteras y que amenaza la estabilidad social y económica de los países involucrados.
La “Alianza para la Seguridad, la Justicia y el Desarrollo”, como se denomina la iniciativa, se enfoca en tres pilares fundamentales: proteger a las poblaciones vulnerables, fortalecer las instituciones de seguridad y justicia, y reducir los mercados ilícitos y los flujos financieros.
El presidente del BID, Ilan Goldfajn, enfatizó la necesidad de una acción regional audaz y coordinada para combatir el crimen organizado, que no solo desestabiliza a las naciones, sino que tiene un impacto directo y negativo en el desarrollo económico y social de la región.
📢Dieciocho países de #AméricaLatina y el #Caribe lanzaron hoy la Alianza para la Seguridad, Justicia y Desarrollo. Promovida por @el_BID, esta alianza sin precedentes une a gobiernos, organizaciones multilaterales y sociedad civil para hacer frente al crimen organizado. Once… pic.twitter.com/HSveGpsNiB
— Banco Interamericano de Desarrollo (@el_BID) December 12, 2024
Estos países buscan establecer asociaciones estratégicas que permitan la movilización de recursos y la implementación de políticas públicas efectivas para frenar el avance de los grupos criminales que operan en el narcotráfico, la extorsión y otras actividades ilícitas.
El impacto del crimen organizado
El impacto del crimen organizado es particularmente grave en Centroamérica, donde la violencia y las actividades ilícitas han causado graves perjuicios en los sistemas económicos.
Según un informe del BID, los costos directos de la criminalidad en América Latina y el Caribe representaron el 3.44% del Producto Interno Bruto (PIB) regional en 2022. En términos comparativos, esta cifra es casi idéntica a la de 2017, lo que refleja la persistencia y la magnitud del problema. Para algunos países centroamericanos, estos costos son aún más acentuados, afectando el desarrollo social y las inversiones en áreas críticas como educación e investigación.
Este fenómeno no sólo incide en la seguridad, sino también en la actividad económica.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha señalado que la inseguridad y la violencia son importantes barreras para el crecimiento económico en la región. De acuerdo con sus estudios, un aumento del 10% en los homicidios en una determinada localidad puede reducir la actividad económica en un 4%. En este sentido, los países de Centroamérica, que enfrentan tasas de homicidio desmesuradas en comparación con otras regiones del mundo, tienen mucho que ganar al colaborar en la Alianza.
Esta la integran Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Brasil, Chile, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam y Uruguay.
La respuesta regional y el apoyo internacional
El BID, junto con instituciones internacionales como la Organización de los Estados Americanos (OEA), Interpol y el Banco Mundial, está facilitando la creación de esta red de cooperación regional. Además, la Alianza cuenta con el apoyo de entidades como la Corporación Andina de Fomento (CAF) y la Dirección de Investigación Antimafia (DIA) de Italia, que aportan su experiencia en el combate contra el crimen organizado a nivel global.
A través de la colaboración regional, se espera que los países centroamericanos puedan mejorar sus capacidades de investigación y seguridad, fortalecer el sistema de justicia y, lo más importante, reducir los flujos financieros que alimentan el crimen organizado.
Los recursos movilizados también estarán destinados a ayudar a las comunidades más afectadas por la violencia, brindando apoyo social y económico a las poblaciones vulnerables.
Desafíos y oportunidades para Centroamérica
La participación activa de los países centroamericanos en esta Alianza representa una oportunidad clave para abordar los desafíos que enfrentan en términos de seguridad y desarrollo. Sin embargo, la implementación de políticas eficaces requerirá un compromiso continuo y la cooperación de todos los actores involucrados, tanto a nivel local como internacional. Si bien los costos del crimen organizado siguen siendo una carga pesada para la región, la cooperación regional abre nuevas posibilidades para enfrentar esta amenaza de manera integral, con una visión a largo plazo que permita la estabilidad y el crecimiento económico.