Guatemala posee playas inigualables que permiten compartir y disfrutar de sus majestuosas aguas, y esta semana santa, están abiertas a los veraneantes que pretendan vacacionar y disfrutara del sola, el agua y la arena del mar. Por eso, te mencionamos cinco de las mejores playas que puedes plantearte visitar.
Entre las destacadas, se encuentra Playa Blanca, ubicada en Izabal, es una de las playas paradisíacas con las que cuenta este país centroamericano, donde se puede pasar tranquilo y en privacidad, ya que es una de las áreas protegidas que pretenden resguardar su naturaleza plena. Sus aguas comúnmente son calmadas, con playas uniformes y arena blanca que le dan un toque especial al lugar y hace honor a su nombre.
Si te gusta el calor y disfrutar de las aguas al mismo tiempo, entonces, puedes visitar Playa de Champerico, ubicada en Retalhuleu, a 226 kilómetros de la capital, que de sus características se resalta su clima que al igual que su arena, es oscura y su atardecer que permite diluir el tiempo sin darte cuenta de que ya es casi hora de salir del agua. Además, ofrece una gastronomía interesante en medio de la brisa del mar.
Otro de los lugares maravillosos para visitar es la Playa El Chechenal, que contiene aguas cristalinas con arena blanca rodeada de la naturaleza. Sus aguas son calmadas y su playa segura, amplia, tranquila y relajante. Y la ubicas a 226 kilómetros de la capital. Puedes además llegar a ella por vía terrestre o acuática.
Por otro lado, está la majestuosa Playa El Remate, que te permite disfrutar de un paisaje singular y observar las lejanías del horizonte en sus atardeceres, con unas postales impresionantes donde encuentras chozas y un mirador dentro de sus aguas calmadas y cristalinas. Y es sin duda un lugar que no debes de dejar de visitar, y la encuentras a 276 kilómetros de la capital guatemalteca.
Playa Hawaii, ubicada en Santa Rosa, a 140 kilómetros de la capital. Es uno de los paraísos guatemaltecos que muestra una belleza incomparable, con atardeceres y un clima que te permite disfrutar de todo lo que le rodea. Es de fácil acceso para las familias; encuentras hoteles con una mirada al mar, que te permiten tener esa intimidad única con la naturaleza.