El Vaticano se sumó a la conmemoración de la muerte de monseñor Juan José Gerardi, el obispo guatemalteco asesinado brutalmente hace 26 años por militares en la Ciudad de Guatemala, y lo recordó como un “gran hombre y hermano”.
Vatican News, la agencia noticiosa de la Santa Sede, compartió imágenes de algunas actividades realizadas en el país centroamericano con las que recordaron al obispo quien fungió como el primer coordinador de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG).
Gerardi, entonces de 75 años, fue salvajemente golpeado con un trozo de concreto hasta su muerte, el 26 de abril de 1998 en la casa parroquial de San Sebastián, en la zona 1 de la capital guatemalteca.
El magnicidio que lo trastocó todo. La muerte de Monseñor Gerardi el 26 de abril del 98, trastocó la elección presidencial del 99. Portillo prometió encontrar a los culpables en los primeros 100 días de gobierno. Aparecieron los CIACS. Y el siglo iniciaba con “ urge la CICIACS”. pic.twitter.com/c48DxwsvYQ
— Mario Rosales (@vozdeltuit) April 26, 2024
El crimen ocurrió sólo 2 días después de que se divulgó el informe de la Comisión de la Verdad, que incluye detalles de muchos de los crímenes de guerra en ese país.
“48 horas después de la divulgación de esta documentación histórica, escribe la ODHAG, el religioso católico fue brutalmente asesinado en su domicilio de la parroquia de San Sebastián, en la zona histórica de la capital de Guatemala. Este asesinato no solamente conmovió a toda Guatemala, sino a todo el mundo”.
Gerardi “como cristiano, no pudo tolerar la discriminación y la exclusión de los pueblos originarios”, agregó.
“Fue él quien instruyó a los sacerdotes estudiar la lengua materna de los indígenas para celebrar la Santa Misa en sus idiomas”… fomentó el trabajo en conjunto de los campesinos a través de cooperativas para mejorar las condiciones de vida de la población rural”, añadió.
La ODHAG desarrolla diferentes actividades para recordar su legado, como exposiciones fotográficas, una oración interreligiosa y una caminata.
Por el crimen fueron condenados los militares Byron Miguel Lima, Byron Disrael Lima y José Obdulio Villanueva, sentenciados a 30 años de cárcel. Todos eran militares. Además, el sacerdote Mario Orantes Nájera, a 20 años, por complicidad en la ejecución extrajudicial.