En un informe revelado este martes por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Costa Rica ha alcanzado una cifra alarmante de 907 homicidios al cierre del año 2023, marcando el año más violento en la historia del país.
Este número representa un promedio de 2.5 homicidios diarios y un incremento significativo del 38.6% en comparación con el 2022, que ya había establecido un récord previo con 654 homicidios.
El subdirector del OIJ, Michael Soto Rojas, señaló que esta situación refleja “una de las coyunturas más complicadas” en la historia nacional.
Más del 60% de estos homicidios están vinculados al narcotráfico y luchas territoriales entre estructuras criminales, con un preocupante aumento de violencia en áreas urbanas y costeras.
La mayoría de las víctimas son hombres jóvenes, principalmente entre 18 y 29 años, y los homicidios suelen estar relacionados con ajustes de cuentas o venganza.
El informe detalla que la capital, San José lidera la lista de provincias con más homicidios, seguida de Limón, Puntarenas, Alajuela, Guanacaste, Cartago y Heredia.
Además, Soto Rojas enfatizó en la necesidad de abordar esta crisis más allá de la contención policial, implicando esfuerzos en educación, cultura y deporte.
En respuesta a este incremento en la violencia, el gobierno del presidente Rodrigo Chaves Robles ha implementado la “Operación Costa Rica Segura”, una estrategia que incluye el despliegue de 9500 policías adicionales en las calles.
Sin embargo, esta medida ha enfrentado críticas y resistencia por parte de los oficiales de policía, quienes argumentan que deteriora sus condiciones laborales. Como consecuencia, se realizaron ajustes a la operación.
A lo largo del 2023, se han llevado a cabo varias reuniones entre los tres poderes del Estado para abordar la situación de seguridad, pero han sido criticadas por su falta de resultados concretos.
El asesinato de un agente del OIJ en octubre exacerbó la urgencia de tomar medidas efectivas contra la delincuencia. El gobierno ha justificado que muchos de los homicidios están relacionados con el narcotráfico y “que se matan entre ellos”, pero expertos advierten sobre la necesidad de no perder de vista otras causas de la violencia.
Finalmente, el OIJ denunció recortes presupuestarios significativos para el 2023, lo que podría afectar su capacidad para enfrentar esta crisis de seguridad.