Costa Rica: de la “Suiza centroamericana” al “Ecuador de Centroamérica”

La sociedad empieza a cuestionar el mando del presidente Rodrigo Chaves, a menudo iracundo y vociferante, mientras los hechos de violencia se multiplican por las calles.

La violencia homicida se ha vuelto un hecho cotidiano en Costa Rica.

Costa Rica vive su apocalipsis moderno: la creciente violencia ha generado alarma en todos los sectores de la sociedad, extendiéndose más allá de disputas entre bandas criminales para incluir ataques contra funcionarios judiciales y asesinatos de familias inocentes.

Este clima de incertidumbre ha dejado a la ciudadanía común atrapada en medio de un peligroso fuego cruzado, enfrentando una realidad que pone en riesgo la seguridad social y un liderazgo político que no encuentra la fuerza para sostener la estabilidad del país.

El resumen es aterrador: casi 300 homicidios en menos de cuatro meses.

Nadie escapa a la violencia

Un fiscal fue atacado a balazos; las mafias conminaron a un jefe policial a huir de de Limón para preservar su vida; una niña de cuatro años fue acribillada a balazos en el regazo de su madre en la provincia de Limón.

Los asesinatos a la luz del día son el pan nuestro de cada día, junto al reporte de desaparecidos, balaceras en cualquier momento, ejecuciones, cuerpos descuartizados o cadáveres encontrados a las orillas de las pistas…

Por ejemplo, el jerarca de la Fiscalía de Garabito, Manrique Morales, fue atacado a balazos en su apartamento en Jacó, cantón de Garabito hace una semana.

Dos sicarios en motocicleta rafaguearon su vehículo y residencia con armas de grueso calibre. El fiscal no había recibido amenazas, pero investigaba casos de lavado de dinero y homicidios.

Denuncian a exagentes OIJ entrenando a sicarios

Los enemigos públicos, a menudo, escapan y desaparecen. En muy pocos casos, son identificados.
Un video en redes sociales y la televisión pública, filtrado por una de las bandas en disputa, señala a dos presuntos ex agentes del Organismo de Investigación Judicial entrenando en técnicas de tiros con revolver a varios sicarios en una finca de Limón, la segunda zona más sangrienta de Costa Rica.

Un ex jefe del organismo, que analizó el video para la prensa local, confirmó que la técnica que se practica en el video es, en efecto, escuela de la OIJ, especialmente para asalto de sedes delictivas de alto riesgo donde se espera enfrentamiento armado

Con ayuda de Interpol, la OIJ ha anunciado una investigación para identificar a los exagentes.
Chaves, terrible contando muertos: “Ahí van dos más”

Y claro, la sociedad empieza a cuestionar el mando del presidente Rodrigo Chaves, a menudo iracundo y vociferante, repartiendo culpas agresivamente sobre los asuntos sociales que llegan en forma de reclamo desde la prensa, las redes sociales y las organizaciones políticas.

Su actitud ante el asesinato de la niña de cuatro años y su madre de 21, que aún mantiene en conmoción a la sociedad tica, generó asombro, rabia social y honda preocupación por su falta de empatía: “Tenemos un año, yo les dije el 22 de noviembre que yo les iba a contar los muertos. Ahí van dos más”.

En ese contexto, una vez más, el presidente enfiló las críticas contra los diputados por lo que él considera, el poco avance en la Asamblea Legislativa de las iniciativas de ley presentadas hace un año para combatir la inseguridad.

El presidente cuestionó que no hay avances en el plan para endurecer las causales de prisión preventiva tal y como él lo pidió el año pasado y a inicio de este.

Rodrigo Chaves suele reaccionar iracundo a las críticas cada vez más frecuentes.

Comparaciones: de Suiza a Ecuador

“Demándenles a sus diputados que nos den los instrumentos legales para meter esa escoria”, respondió Chaves a la prensa que le pidió su opinión sobre el crimen.

El polémico presidente minimizó la ola de crímenes diciendo en 2023 que las muertes son hechos que se dan entre las bandas narcos que se pelean entre sí.

Justo ese año, el número de homicidios llegó a 907 y el ritmo de muertes este año, que ya ronda los 300 casos, se proyecta a superar las 1,000 muertes violentas por efectos del crimen organizado.

En las redes sociales, ciudadanos cuestionan a Chaves, hacen memes y comparan a Costa Rica, auto-promocionada años antes como “La Suiza centroamericana” por sus altos niveles de vida, con “el Ecuador de Centroamérica”, por la alta cifra de homicidios ocurridos en los últimos 4 años.

Y es que la violencia, no da respiro.

La mañana de este viernes 19 de abril se presentó una balacera en Paso Canoas, donde falleció un hombre de apellido Garmendia, de 29 años, producto de varios balazos.

De acuerdo con el informe preliminar, la víctima se encontraba en las afueras de un taller, cuando se acercan varios sujetos a bordo de un vehículo, se bajaron con armas de grueso calibre y comenzaron a disparar en múltiples ocasiones.

La víctima saca su pistola y dispara, pero los sicarios son más y portan armas de guerra y lanzan ráfagas a granel. El objetivo muere acribillado y tres personas que estaban en el taller a esa hora resultan heridas de bala.

A un kilómetro del lugar, la policía encontró dos vehículos abandonados que estarían relacionados con la balacera.

Uno de ellos tenía rastros abundantes de sangre, por lo cual se cree que uno de los sicarios fue herido. Será cuestión de días que su cuerpo aparezca a la orilla de alguna carretera.

Las autoridades parecen sobrepasadas ante la ola de violencia.

Hallazgos de este tipo, empiezan a ser comunes. En San Isidro de Heredia, en la comunidad Santa Elena, dos cuerpos fueron encontrados a la orilla de la carretera el pasado 14 de abril.

Uno de ellos dentro de un carro ligero y el otro a unos 50 metros hacia unos predios, donde se supone intentó huir. Ambos estaban acribillados a balazos de alto calibre, presuntamente Ak 47 y R15.
Jueces empiezan a sentir miedo

Los expertos, antes más optimistas, han encendido todas las alarmas.

Adriana Orocú, presidenta de la Asociación Costarricense de la Judicatura y la Federación Latinoamericana de Magistrados, ha expresado su profunda preocupación por la seguridad de los funcionarios judiciales, destacando que no solo ellos, sino también sus familias, son potenciales víctimas de los narcos.

Gerardo Castaing, criminólogo y exdirector del OIJ, subrayó la necesidad de aportar más recursos y hombres a la lucha contra los narcos y aumentar la capacidad institucional para determinar el origen y raíz de la ola homicida.

Las balaceras son comunes, a veces a plena luz del día como ocurrió este 18 de abril cuando la fuerza pública persiguió a dos sujetos que habían asaltado a pistola a una turista en pleno centro de San José, la capital costarricense.

Los delincuentes respondieron con fuego el alto de la fuerza pública y por varias cuadras de persecución hubo disparos de uno y otro lado, hasta que finalmente fueron capturados.

Cada 10 horas se registra un homicidio en Costa Rica.

Datos del terror

Uno de ellos, según las investigaciones preliminares, es vieja ficha delictiva de Alajuelita, una de las zonas más candentes y peligrosas de la capital.

En Alajuelita los narcos llegaron al colmo: establecieron un toque de queda a la ciudadanía a través de Facebook y WhatsApp: Favor no salgan después de las 8 de la noche o pueden resultar muertos.

La advertencia funcionó: en la zona de noche solo se oyen motos, autos en fuga, disparos, sirenas… El barrio lleva un ritmo de un asesinato cada semana.

No es un dato ajeno: según OIJ, cada 10 horas se comete un homicidio en alguna parte de Costa Rica. Y según datos de la Cruz Roja, solo en los meses de enero a marzo, trasladaron a hospitales y clínicas a 6,623 personas por heridas de armas de fuego.

En abril, hasta el día 10, la cifra superaba los 1,300 casos y parece ser este el más caliente, en temperatura y violencia, que Ecuador, perdón, que Costa Rica haya vivido en los últimos años.

Exit mobile version