Costa Rica, históricamente considerada la democracia más estable de Centroamérica, enfrenta una creciente amenaza del crimen organizado y el narcotráfico, según el último Informe sobre la Estrategia Internacional de Control de Narcóticos 2025 del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
El informe señala que es un centro clave de transbordo de cocaína con destino a Estados Unidos y Europa, debido a su ubicación estratégica y a la creciente presencia de grupos criminales.
La expansión del narcotráfico ha ido acompañada de un alarmante aumento de la violencia en los últimos tres años, con cifras récord de homicidios, ajustes de cuentas y disputas entre bandas locales e internacionales.
El narcotráfico se arraiga
El informe destaca que el puerto de Moín, en la provincia de Limón, se ha convertido en un punto crítico para el tráfico de drogas, con toneladas de cocaína ocultas en cargamentos comerciales.
La presencia del crimen organizado en la región caribeña ha desencadenado un aumento en los homicidios y en la intimidación a la población local, lo que refleja un fenómeno que ya ha afectado a otros países de la región.
Las cifras de incautaciones respaldan la magnitud del problema: en los primeros nueve meses de 2024, las autoridades costarricenses decomisaron 32.1 toneladas de drogas, incluyendo 20.5 toneladas de cocaína y 11.5 toneladas de marihuana.
Sin embargo, el informe subraya que esto representa una leve disminución respecto a 2023, lo que indica que los narcotraficantes han modificado sus rutas y estrategias para eludir los controles.
El auge de la violencia
Costa Rica ha experimentado en los últimos años un drástico aumento en la violencia ligada al narcotráfico, pasando de ser un país con tasas moderadas de homicidios a alcanzar cifras sin precedentes.
En 2023, el país cerró con homicidios por encima de los 900 casos, superando todos los registros históricos y reflejando la guerra entre grupos locales y carteles internacionales.
El informe estadounidense destaca que, aunque Costa Rica no es un país productor de drogas, su rol como puente logístico para los carteles mexicanos y sudamericanos ha fortalecido la presencia de redes criminales.
La falta de capacidad para controlar completamente su territorio ha convertido algunas zonas del país en puntos de disputa entre organizaciones narcotraficantes.
Además, en diciembre de 2024, las autoridades detectaron un pequeño circuito de distribución de pastillas de fentanilo dentro y fuera del país, lo que ha encendido alarmas sobre el posible aumento del tráfico y consumo de opioides sintéticos en Costa Rica, un fenómeno que ha devastado a Estados Unidos y que hasta ahora no había tenido impacto significativo en la región.
Cooperación con EEUU y lucha contra el crimen organizado
A pesar de estos desafíos, el Departamento de Estado reconoce a Costa Rica como un socio estratégico en la lucha antidrogas.
En 2024, el país fortaleció su capacidad de interdicción con el apoyo de Estados Unidos, mejorando la infraestructura policial, capacitando agentes y adquiriendo escáneres portátiles y equipos de detección de narcóticos en aeropuertos y puertos marítimos.
Sin embargo, la lucha contra el crimen organizado enfrenta obstáculos significativos. La falta de recursos, el debilitamiento del sistema penitenciario y la sobrecarga de los tribunales dificultan el procesamiento de los casos de narcotráfico y crimen organizado. Mientras tanto, los grupos criminales han aumentado su capacidad operativa, expandiendo su control territorial y sofisticando sus métodos de tráfico y blanqueo de capitales.
Corrupción: el otro desafío institucional
Aunque el informe destaca que no hay evidencia de corrupción a gran escala en el gobierno central, advierte que la penetración del crimen organizado en la política y las instituciones del país es una amenaza latente.
En 2024, 23 de los 57 diputados de la Asamblea Legislativa enfrentaban investigaciones por corrupción, lo que ha puesto en duda la capacidad del Estado para resistir el avance del crimen organizado.
Para combatir este problema, Costa Rica ha implementado programas de ética para fiscales y jueces, con el respaldo de Estados Unidos.
Sin embargo, el informe subraya que los esfuerzos no han sido suficientes, y se necesita mayor control sobre el financiamiento de campañas, el lavado de dinero y la infiltración de redes criminales en sectores clave.
¿Costa Rica, la próxima víctima del crimen organizado?
Estados Unidos concluye que, si bien Costa Rica mantiene su estabilidad institucional, el rápido crecimiento de la violencia ligada al narcotráfico y la infiltración del crimen organizado amenazan su modelo de seguridad y gobernabilidad.
El país se encuentra en una encrucijada: fortalecer su lucha contra el crimen organizado o correr el riesgo de seguir el camino de otras naciones centroamericanas que han visto erosionadas sus instituciones por el narcotráfico.
El informe insta al gobierno costarricense a reforzar sus instituciones, mejorar los mecanismos de control financiero y fortalecer la cooperación internacional para evitar que el país se convierta en otro bastión del crimen organizado en la región.