Un preocupante incremento de casos de miasis en humanos y animales enfrenta Costa Rica, provocada por la larva del gusano barrenador en humanos y animales, lo que ha llevado al gobierno y a agencias internacionales a redoblar esfuerzos para contener la enfermedad.
Según las autoridades, hasta la semana epidemiológica 35 se han registrado 28 infecciones en humanos y cerca de 7,000 en animales, desde la declaratoria de alerta sanitaria en febrero de este año.
El Ministerio de Salud de Costa Rica, en coordinación con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), organizó un taller para establecer un plan de acción intersectorial.
Con apoyo de la @opsoms y los @CDCespanol , el @msaludcr llevó a cabo el Taller de Coordinación de Acciones para la Prevención y Control de Miasis por Gusano Barrenador mediante la Interfaz Humano-Animal-Ambiente.https://t.co/OkdzE3hfe5 pic.twitter.com/6udE5cFNBt
— OPS/OMS Costa Rica (@OPSOMSCostaRica) September 9, 2024
En el evento se discutieron lineamientos y acciones ya implementadas para la prevención y control de la miasis a través de la colaboración entre los sectores de salud pública, sanidad animal y medioambiente.
El gusano barrenador, larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, ataca el tejido de animales de sangre caliente, incluidos los humanos, generando graves infecciones al depositar sus huevos en heridas o mucosas.Esta especie, endémica del continente americano, había sido erradicada en la región comprendida entre Panamá y Estados Unidos por aproximadamente dos décadas, pero desde 2023 se han reportado nuevos brotes en Panamá, Costa Rica y Nicaragua.
“Durante años, la OPS ha promovido un enfoque multisectorial para la protección de la salud humana y animal. La colaboración entre los sectores es esencial para combatir el resurgimiento de esta enfermedad”, señaló Alfonso Tenorio, representante de la OPS en Costa Rica.
Las autoridades han intensificado las medidas de control, que incluyen el monitoreo constante de la población de moscas y la aplicación de tratamientos en animales infectados, con el objetivo de reducir los casos en las próximas semanas. La preocupación crece, ya que la propagación del gusano barrenador podría representar un desafío para el sector agropecuario y la salud pública en la región.