Las autoridades de Costa Rica y Panamá están enfocadas en hacerle frente a la migración irregular que proviene principalmente de sudamérica y que entran a Centroamérica a través de la peligrosa Selva del Darién, por lo que han establecido sesiones de trabajo bilaterales para desarrollar una estrategia que permita abordar efectivamente el fenómeno social.
Así lo dio a conocer Samira Gozaine, directora del Servicio Nacional de Migración de Panamá, quien afirmó que junto a Costa Rica pretenden establecer medidas para evitar que la migración irregular permanezca en la frontera costarricense más tiempo del establecido. Sin embargo, estas acciones que dialogan han generado molestia en algunos sectores.
Una de las medidas contempla la posibilidad de que los autobuses de concesiones panameños puedan transportar desde Darién hasta 10 kilómetros de límite territorial en Paso Canoas.
En entrevista a @panamaendirecto la directora de Migración Samira Gozaine aseguró que algunos migrantes botan las comidas que les da el estado panameño porque, según ellos, "no les gusta".#MetroLibre pic.twitter.com/Ri01jJKf0O
— Metro Libre (@MetroLibrePTY) September 18, 2023
Nosotros lo que necesitamos es ayuda en la administración de los flujos, porque es imposible cerrar la frontera en el Darién”, afirmó la funcionaria panameña.
Añadió que espera que en el marco de la celebración de la Asamblea de la Organización de las Nacionales Unidas (ONU), tanto el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, y Gustavo Petro, de Colombia, puedan establecer un acuerdo en torno a la situación para que se sume a la iniciativa que mantienen con Costa Rica.
En el asunto de la migración, otro de los temas que preocupa a ambas naciones es la contaminación ambiental que están ocasionando los viajeros y que impacta en la biodiversidad, así como en las fuentes hídricas.