Costa Rica y Panamá se preparan para cierre indefinido de pasos migratorios terrestres

El paso de migrantes irregulares está complicando las cosas en Costa Rica y Panamá, donde cada día millares de viajeros pasan.

Panamá ha estimado que casi medio millón de migrantes pasarán este año por la Selva del Darién.

El desborde de migrantes irregulares procedentes del sur del continente que buscan llegar a Estados Unidos a través de Centroamérica, ha llevado a las autoridades conjuntas de Panamá y Costa Rica a pensar en el cierre indefinido de los pasos migratorios del Darién y Paso Canoas.

Tras una visita de autoridades de ambos países a la ciudad de David, provincia de Chiriquí, frontera con Costa Rica en territorio panameño, autoridades diplomáticas y de seguridad de cada país analizaron la situación para implementar medidas restrictivas para frenar el ingreso masivo de migrantes.

Si bien el primer paso tomado fue acordar un mensaje conjunto a los países del cono sur a sumarse a realizar un flujo migratorio controlado, el segundo punto fue el análisis de las medidas de control de fronteras, que incluye la posibilidad de cierre del paso y el despliegue de fuerzas de seguridad en la zona.

Por Panamá participó el titular de Seguridad Pública, Juan Manuel Pino, y la canciller, Janaina Tewaney; mientras que por Costa Rica estuvo el ministro de Relaciones Exteriores, Arnoldo Tinoco, y el ministro de Seguridad, Mario Zamora.

Tinoco expuso que al igual que Panamá, ellos se prepararon para un flujo migratorio diario de 200 a 300 personas, “pero jamás para 2,000, 3,000 y hasta 4,000 personas migrantes diariamente”.

Solo en agosto ingresaron a Panamá y atravesaron Costa Rica 80,000 migrantes.

El canciller Tinoco reconoció que Costa Rica no es capaz de atender ese flujo migratorio diario y que abogan por una mejor administración del flujo de personas, en coordinación con los países de Sudamérica, de donde provienen los migrantes irregulares.

“Las causas de la migración son conocidas por todos: son las pésimas condiciones de vida, por un lado en los países del sur, en especial en Venezuela por el régimen que ahí impera. Pero también a la tolerancia que tiene Colombia respecto por el paso por el Darién”, afirmó Tinoco.

“Los flujos migratorios requieren de una acción internacional conjunta y de un financiamiento internacional, por responsabilidad compartida”, apuntó el canciller tico.

Agregó que no es justo ni equitativo que sean Panamá y Costa Rica quienes tengan que incurrir en gastos económicos para atender un problema cuya causa no la generan estos dos países centroamericanos.

La canciller panameña Tewaney, agregó que tanto Panamá como Costa Rica tienen retos similares y parte de lo conversado es mantener una sola voz hacia los países del Sur, y los organismos internacionales, para que de manera conjunta se trate el flujo de viajeros irregulares.

En entre enero y agosto de 2023 han cruzado la selva de Darién más de 300,000 migrantes irregulares, procedentes de Colombia, quienes luego de unos días en territorio panameño siguen su camino hacia Costa Rica, para tratar de llegar a Estados Unidos y Canadá.

En las últimas semanas este flujo migratorio ha rebasado la capacidad de atención tanto de Panamá y Costa Rica.

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