En un país históricamente identificado como católico, El Salvador experimenta una notable transformación en su panorama religioso, con un crecimiento significativo de los cristianos evangélicos y una disminución en el porcentaje de católicos, según lo indica un estudio reciente realizado por el Instituto de Ciencias, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia (ICTI-UFG).
De acuerdo con el Dr. Óscar Picardo Joao, director del ICTI-UFG, los datos reflejan una evolución que redefine la identidad religiosa de los salvadoreños. “Se nota un crecimiento de los cristianos evangélicos con un 47 %”, afirmó, mientras que los católicos representan un 36.82 %.
Este cambio evidencia un reordenamiento en las preferencias espirituales de la población, en un país donde la fe juega un papel central en la vida cotidiana y la estructura social.
La encuesta también revela un dato contundente: el 85 % de los encuestados confía más en la justicia divina que en la terrenal, lo que resalta una marcada inclinación hacia una visión espiritual del orden y la justicia.
“Más gente se ubica en el sistema de gobierno de Dios, con un 9.15, y menos confía en la gobernanza terrenal”, explicó el Dr. Picardo Joao.
Este fenómeno puede estar vinculado al escepticismo hacia las instituciones y un aumento en la búsqueda de esperanza y sentido en lo trascendental.
Además, el 9.67 % de los encuestados expresó su fe en Dios o en el concepto de Dios, lo que confirma la profunda religiosidad de la sociedad salvadoreña, aunque con una dinámica cambiante en términos de afiliación.
El crecimiento del evangelismo podría estar relacionado con factores como la proximidad de las iglesias evangélicas a las comunidades, su enfoque en valores familiares y su capacidad para adaptarse a los retos sociales y económicos que enfrenta la población.
Por otro lado, la disminución en el porcentaje de católicos podría responder a un proceso de secularización parcial o al descontento con ciertas estructuras eclesiásticas tradicionales.
En un país predominantemente cristiano, estos cambios no solo afectan la esfera religiosa, sino que también tienen implicaciones sociales y políticas. El Salvador se encuentra en una etapa de transición en la que la fe sigue siendo un eje fundamental, pero las formas en que esta se manifiesta están en constante evolución.
La transformación del panorama religioso salvadoreño plantea preguntas importantes sobre el futuro de la identidad espiritual de la nación y cómo esta influirá en la construcción de una sociedad más cohesionada.