El expresidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el hondureño Dante Mossi, volvió a criticar a la institución y a su sucesora, la costarricense Gisela Sánchez, por considerar que hay un manejo político en la actual administración.
Mossi, apodado en su momento como el banquero de la dictadura, por su abierto apoyo financiero desde el BCIE al régimen de Daniel Ortega, acusó a la nueva presidenta de desmantelar la unidad que realiza proyectos estructurados y de impulsar “un retroceso significativo” en la administración de la entidad financiera.
En una entrevista en un canal nicaragüense, Mossi elogió al dictador y su esposa, Rosario Murillo, y su gestión de gobierno.
Sobre los financiamientos otorgado al país durante su gestión (2018-2023), dijo que no era un tema que dependiera de sus decisiones, sino de la junta de gobernadores y que como país apoyó la capitalización del ente financiero al adelantar sus pagos de capital.
Según Mossi, el régimen de Ortega “valora los servicios financieros que el BCIE le da”.
“Hay otros países que quieren muchos préstamos, pero no les desembolsan nada porque tienen problemas para ejecutar los proyectos”, agregó, dando a entender que en Nicaragua sí lo hacían bien y que por eso se benefició con el otorgamiento de millonarios créditos que ayudó a la dictadura a mantener a flote su economía.
Mossi buscó la reelección en el Banco, pero careció de apoyos. Tras su salida se ha dedicado públicamente a cuestionar la institución y hasta la ha demandado por $2 millones por daños en su imagen.
“En la medida que uno publica más información, uno se hace más sujeto de críticas. Una forma de reducir la crítica es no publicar nada de lo que hago, eso es en contrasentido de lo que es un banco público. Tengo comentarios en redes sociales muy soeces, sin fundamentos. Yo creo que se deben a esa transparencia. Transparencia que hoy ha dejado de existir”, dijo.