Decomisan “lápices pistolas” a los pandilleros prisioneros en Honduras

Las armas de fuego de fabricación artesanal eran introducidas de contrabando por visitantes de los prisioneros, bajo el cobijo de algunos guardias de seguridad carcelarios.

Los “lápices pistolas”, armas artesanales, fueron utilizadas por los reclusos durante las reyertas y les fueron decomisadas a través de una requisa llevada a cabo por la Policía Militar del Orden Público (PMOP).

Los artefactos eran utilizados por los prisioneros durante las peleas carcelarias. 

Lápices a simple vista, realmente son armas de fuego de calibre 22, de fabricación artesanal.

En las operaciones que han llevado a cabo los militares, han llevado a los reos a patios para realizar las inspecciones de cada módulo, con la finalidad de encontrar armas, objetos o sustancias de uso prohibido. 

Estas armas eran llevadas a las principales cárceles del país, como el centro penitenciario de Támara, Distrito Central y el centro penitenciario de llama, Sant Bárbara “El Pozo I”.

Estos artefactos supuestamente eran introducidos, de acuerdo con la investigación militar, por los visitantes a las penitenciarías, mayoritariamente por mujeres, quienes semanalmente realizan visitas a los privados de libertad.

De acuerdo con la investigación, ellas introducían estas armas en sus partes íntimas para luego ser entregadas a los reos.

“Lápices pistolas”, armas de fuego calibre 22 de fabricación artesanal decomisadas a prisioneros en Honduras.

Al parecer, las acciones criminales llevadas a cabo eran en complacencia con los agentes penitenciarios involucrados con las llamadas mafias, mismas que operaban en las cárceles hondureñas.

Se conoció que, era tan grande el involucramiento de los agentes, que al parecer se prestaban para dañar los detectores de metales o escáneres, que deben de pasar como seguridad las visitas en todos los centros penitenciarios, afirmaron las autoridades militares.

Una vez que los “lápices pistolas” ingresaban a las cárceles, eran escondidas en las caletas descubiertas también por los militares, y luego las sacaban para ser utilizadas por los privados de libertad para atacar a otros reclusos, cuando se daban las reyertas.

Por su parte, el coronel Fernando Muñoz, jefe de la Policía Militar, manifestó estar asombrado por lo decomisado al interior de los penales en torno a las cantidades de balas decomisadas en los penales.

“No hemos parado de encontrar armas, municiones, explosivos, drogas y objetos ilícitos, pero seguimos con el proceso de limpieza porque estamos claros que hay más”, compartió en una entrevista a un programa vespertino de Radio Cadena Voces (RCV) de Honduras.

Afirmó que los reos estaban bien armados, inclusive, lo comparó como para librar una guerra, y fue más allá, diciendo que guardaban más “municiones que muchos batallones de las Fuerzas Armadas”.

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