Este domingo, durante las elecciones primarias en Honduras, se registraron una serie de denuncias y reclamos por parte de los ciudadanos y observadores ante los prolongados retrasos en la apertura de varios centros de votación.
La falta de material electoral a tiempo y los problemas logísticos generaron caos en diversas zonas del país, principalmente en el Distrito Central y San Pedro Sula, donde los retrasos superaron las tres horas y media.
El Pleno del Consejo Nacional Electoral (CNE) reconoció públicamente las dificultades en la distribución de las maletas electorales, especialmente en municipios clave como Tegucigalpa y San Pedro Sula.
Marlon Ochoa, representante del CNE, lamentó los inconvenientes y expresó que se brindará un informe detallado sobre las causas específicas de los retrasos.
A través de una cadena nacional, Ochoa añadió que el CNE tomará las medidas pertinentes para evitar que situaciones similares se repitan en futuras elecciones.
Por su parte, Cossette López, presidenta del CNE, hizo un llamado a la ciudadanía a “conservar la calma” y confió en que las medidas de corrección se tomarían de manera rápida y efectiva. Sin embargo, la situación no pasó desapercibida para muchos ciudadanos, quienes manifestaron su descontento a través de las redes sociales y en el mismo lugar de los hechos.
En sectores como Las Colinas, en la capital, y en la periferia sur de Tegucigalpa, especialmente en la Escuela 3 de Octubre, ubicada en la aldea Santa Rosa, los votantes fueron los primeros en evidenciar la falta de organización y la demora en la llegada del material necesario para el proceso electoral. Las largas filas y la impaciencia de los ciudadanos crearon un clima de incertidumbre y frustración.
Uno de los comentarios más representativos fue el del empresario Eduardo Facusse, quien denunció lo que consideró una “desorganización, demora e improvisación” que, a su juicio, parecía “hasta intencional”. Facusse criticó duramente al CNE y exigió que la entidad se pronunciara claramente sobre quién había fallado en el proceso, sugiriendo incluso que el retraso podría estar relacionado con conflictos de interés. “Impedir o demorar el voto es un delito”, concluyó el empresario, aludiendo a la importancia del ejercicio democrático y a la obligación de garantizar el derecho al voto sin obstáculos.
El CNE, por su parte, ha reiterado que la totalidad de las maletas y kits electorales han sido despachados desde el Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP), y que los problemas en la distribución se deben a cuestiones logísticas imprevistas. Sin embargo, el hecho de que esta situación afectara tanto la capital como otras ciudades importantes del país ha generado un amplio debate sobre la capacidad del ente electoral para garantizar un proceso eficiente y sin contratiempos.
Mientras tanto, los votantes siguen esperando respuestas y la garantía de que este tipo de situaciones no se repetirán en las elecciones generales de noviembre. La falta de transparencia y la desorganización en el manejo de los materiales electorales son temas que siguen siendo motivo de preocupación para la ciudadanía, que exige explicaciones claras y acciones concretas para evitar que los retrasos interfieran en el ejercicio de su derecho al voto.