Las autoridades de Estados Unidos, en colaboración con las fuerzas del orden colombianas, arrestaron el pasado 13 de diciembre a dos hombres colombianos involucrados en una red transnacional de tráfico de personas.
Hernando Manuel de la Cruz Rivera Orjuela, de 52 años, y Luis Enrique Linero Pinto, de 40, fueron detenidos en Colombia a petición del Departamento de Justicia de EE.UU., acusados de conspirar para transportar migrantes de Colombia hacia Nicaragua y, de allí, a Estados Unidos.
La acusación, presentada por un gran jurado del Distrito Oeste de Texas, detalla cómo los acusados habrían coordinado la llegada de migrantes a la isla colombiana de San Andrés, donde eran alojados y luego trasladados en embarcaciones hacia Nicaragua.
Una de estas embarcaciones, que transportaba a más de 40 migrantes, desapareció en octubre de 2023 en el mar Caribe mientras se dirigía hacia las costas nicaragüenses, lo que puso de relieve los riesgos mortales asociados con el tráfico de personas.
La detención de Rivera Orjuela y Linero Pinto se enmarca dentro de los esfuerzos de la Fuerza de Tarea Conjunta Alpha (JTFA) del Departamento de Justicia de EE.UU., creada para combatir el tráfico de personas en toda América Latina.
Los fiscales estadounidenses señalan que los dos detenidos serían ahora testigos claves en una investigación más amplia sobre el involucramiento del régimen de Nicaragua en estas redes de contrabando.
Según las autoridades, Linero Pinto no solo organizaba el transporte ilegal de migrantes, sino que también sobornaba a oficiales de la Armada colombiana para obtener información sobre los operativos de patrullaje entre San Andrés y Nicaragua. Este modus operandi permitía a las embarcaciones evadir la detección y asegurar el paso hacia Centroamérica.
La dictadura de Nicaragua en la mira
Las detenciones se producen en un contexto de creciente preocupación sobre el papel de la dictadura de Daniel Ortega en el tráfico de migrantes.
Desde 2021, organizaciones de derechos humanos y expertos en migración han denunciado la colaboración entre el gobierno de Ortega y redes criminales dedicadas al tráfico de personas, especialmente desde Nicaragua.
La dictadura, que ha intensificado su control sobre las fronteras, ha sido acusada de permitir, y en algunos casos facilitar, la circulación de migrantes irregulares que buscan llegar a Estados Unidos. En este sentido, el arresto de los dos traficantes colombianos se suma a una serie de investigaciones que vinculan al régimen sandinista con el fenómeno migratorio irregular en la región.
Miles de migrantes, principalmente de Cuba, Venezuela y Centroamérica, han utilizado a Nicaragua como punto de tránsito hacia el norte, lo que ha generado preocupaciones sobre la complicidad de las autoridades nicaragüenses en estas redes.
La detención de Rivera Orjuela y Linero Pinto es vista como un avance significativo en la lucha contra el tráfico de personas en la región. La JTFA, que fue ampliada en 2024 para incluir a Colombia y Panamá, ha sido clave en la identificación y desmantelamiento de estas redes criminales.
Las investigaciones siguen en curso, y las autoridades estadounidenses han prometido llevar a todos los responsables ante la justicia.
“Gracias a la coordinación internacional, hemos logrado un avance importante en la lucha contra el tráfico de personas”, comentó el fiscal general de EE. UU., Merrick B. Garland. “Este caso subraya el compromiso de nuestro país para erradicar estas operaciones ilícitas que ponen en riesgo la vida de miles de migrantes”, concluyó.
Los detenidos enfrentan graves cargos, incluyendo conspiración para inducir a extranjeros a ingresar ilegalmente a EE. UU. y poner en peligro vidas humanas, con penas de hasta 20 años de prisión.