En un país donde las expresiones públicas de fe han sido limitadas por el régimen de Daniel Ortega, cientos de fieles católicos nicaragüenses se congregaron este Viernes Santo en templos de todo el país para conmemorar el viacrucis con profunda devoción, aunque confinados a espacios religiosos.
En la capital, Managua, la procesión fue encabezada por el cardenal Leopoldo Brenes en los jardines de la Catedral Metropolitana, donde se veneró una nueva imagen de la Sangre de Cristo, que reemplaza a la original, destruida en un incendio en 2020. La Iglesia lo calificó como un acto terrorista, mientras que el Gobierno insistió en que se trató de un accidente.
Domingo Urbina, uno de los participantes, caminó las 14 estaciones vestido como soldado romano junto a su hijo, también disfrazado. “Le he entregado a mi hijo a la Sangre de Cristo”, expresó con emoción.
Viacrucis en #Managua de la Pasión de Cristo #Nicaragua #18Abril2025 ¡Viva la Iglesia Católica! pic.twitter.com/6W3geGK3mS
— El Informe Nicaragua (@ElInformeNica) April 18, 2025
Como Urbina, muchos fieles acudieron con trajes religiosos, con los ojos vendados, descalzos o acompañados de niños vestidos como Jesús, en cumplimiento de promesas o agradecimientos por milagros recibidos.
Aunque el viacrucis se vivió sin incidentes y con resguardo policial, este se limitó al perímetro de la Catedral, como ha sido la norma en los últimos años.
Desde al menos 2022, las procesiones en la vía pública están prohibidas en Nicaragua, parte de una serie de restricciones impuestas por el Gobierno que han afectado directamente a la Iglesia Católica, acusada de ser crítica con el régimen.
La imagen de la Virgen de Dolores encabezó la procesión, mientras el vicario Said Ruiz dirigía el rezo del santo rosario ante una multitud que, pese a la represión, mantiene viva su fe.
El vía crucis también se celebró en templos de otras ciudades, reflejando la importancia de esta tradición en un país donde el 58.5 % de la población se identifica como católica.
En un contexto en que la religiosidad popular se ha visto confinada por las medidas del régimen, la celebración de este Viernes Santo fue un testimonio de resistencia espiritual y esperanza colectiva.