El dictador nicaragüense abogó “por unidad” de los países del Sur y llamó “a la paz”, en un discurso brindado en La Habana durante el desarrollo de la Cumbre del G77 y China, en Cuba.
Ortega, que se ha aislado de la comunidad internacional desde el inicio de la crisis nicaragüense en 2018, sorprendió con su asistencia en Cuba, único país al que ha viajado en los últimos años tras cerrarle las puertas a decenas de naciones que han criticado la deriva autoritaria de su régimen.
Apegado a su discurso de la Guerra Fría, Ortega volvió a atacar a Estados Unidos como presunto responsable de las calamidades del mundo, cuestionó a los países desarrollados de Europa y victimizó a China como un “pueblo hermano” que es “atacado” por “contribuir al progreso y bienestar de nuestros pueblos (¿?)”.
#LOULTIMO Después de que el Presidente Boric de Chile y Gustavo Petro de Colombia lo pusieron en su lugar, Daniel Ortega pide clemencia y llama a no más confrontación. No mirar la paja en el ojo ajeno. #Nicaragua #G77Cuba #G77 Ortega llegó con uniforme de la Policía Sandinista.… pic.twitter.com/04gcbPL9rq
— Arturo McFields Yescas (@ArturoMcfields) September 15, 2023
Durante casi 30 minutos, con grandes pausas, gestos lentos y balbuceos inentendibles, arrastrando la lengua en muchas ocasiones, rememoró el proceso de independencia de Centroamérica, las guerras internas de Nicaragua, al Cacique Moctezuma, al filibustero William Walker y la “resistencia de los pueblos” contra “los imperialistas”.
Después de lisonjear a China y su presidente Xi, de enaltecer a la dictadura cubana desde Fidel Castro a Díaz-Canel y de citar al prócer mexicano Benito Juárez con su frase “el respeto al derecho ajeno es la paz”, el dictador llamó a los países miembros a “buscar la paz”, bajo el principio de “no intervención”.
“Y aquí este documento sabiendo de que tenemos cada quien sus características, cada país sus características, ideologías, diferentes ideologías, aquí estamos trascendiendo y estamos tomando acuerdos partiendo de ese principio del respeto al derecho ajeno, no condicionar”, balbuceó.
Apelando a ese principio, el dictador de Nicaragua ha rechazado las numerosas llamadas de la comunidad internacional por resolver la crisis sociopolítica de Nicaragua mediante el diálogo y el respeto a los derechos humanos; al contrario, ha radicalizado el ataque a la oposición civil, a las organizaciones civiles, a la Iglesia Católica, medios de comunicación y presidentes y pueblos latinoamericanos.
En su más reciente política de insultos, ataques e injurias, Ortega ofendió a los presidentes e instituciones de Colombia y Chile, quienes respondieron con notas diplomáticas de protestas.
Incluso dos legisladores chilenos, sacaron en cara que mientras él ofende a los Carabineros de Chile como “asesinos”, miembros de la policía sandinista llegan a capacitarse becados a Chile con ese cuerpo policial civil.
Los congresistas Jorge Alessandri y Juan Antonio Coloma recordaron a Ortega que sus policías cada año eran capacitados en Chile gracias a convenio de colaboración bilateral que permitía a oficiales del régimen, acceder a becas de formación especializada en Santiago.
“El presidente, señor Ortega, que ha dicho que hay una diferencia entre los (policías) de Nicaragua y los de Chile han sido entrenados para matar, recordarle al
presidente de Nicaragua que en los últimos años 16 oficiales de la policía de Nicaragua se han venido a graduar a carabineros de Chile”, dijo Alessandri.
Coloma por su parte lo llamó “dictador cruento” y criticó sus insultos como “doblemente inaceptables” por sus antecedentes y acusaciones de violaciones de derechos humanos.