La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, desterró a 12 sacerdotes nicaragüenses a Roma, luego de negociar El Vaticano la acogida de los religiosos que estaban como presos políticos del régimen dictatorial de la familia Ortega-Murillo.
Según comunicado de la dictadura, del destierro ocurrió esta tarde 18 de octubre “luego de sostener fructíferas conversaciones con la Santa Sede”.
“Se logró un acuerdo para el desplazamiento hacia el Vaticano de los 12 sacerdotes que, por distintas causas fueron procesados, y que han viajado hacia Roma, Italia, esta tarde”, reza el infame documento del régimen.
Según la dictadura familia, el régimen “no ha agotado recursos para asegurar y defender la paz que tanto atesoramos las familias nicaragüenses, y este acuerdo logrado con la intercesión de altas autoridades de la Iglesia católica en Nicaragua y en el Vaticano, representa la voluntad y el compromiso permanentes de encontrar soluciones, en reconocimiento y aliento de tanta fe y esperanza que anima siempre a los creyentes nicaragüenses, que somos la mayoría”.
En el listado de los religiosos desterrados no figura el obispo Rolando Álvarez, quien ya se había negado en dos ocasiones anteriores a ser desterrado, luego de haber sido condenado a 26 años de cárcel y despojado de su nacionalidad y sus bienes.
Los sacerdotes desterrados por la dictadura son:
Manuel Salvador García Rodríguez, José Leonardo Urbina Rodríguez, Jaime Iván Montesinos Sauceda, Fernando Israel Zamora Silva, Osman José Amador Guillén, Julio Ricardo Norori Jiménez, Cristóbal Reynaldo Gadea Velásquez, Álvaro José Toledo Amador, José Iván Centeno Tercero, Pastor Eugenio Rodríguez Benavidez, Yessner Cipriano Pineda Meneses, Ramón Angulo Reyes.
Ellos serán recibidos en Roma, según coordinaciones, por personal de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, reporta el régimen.
Previo a su deportación, los religiosos habían sido sacados por patrullas policiales de la sede de El Seminario Nacional Nuestra Señora de Fátima y trasladados al centro de torturas policiales El nuevo Chipote.
En la víspera de inédito destierro masivo de sacerdotes nicaragüenses, la dictadura había desatado por medio de la policía a su servicio una ofensiva de persecución, espionaje y agresiones contra sacerdote y laicos de todo el país, lo cual ha provocado exilio de más de 150 religiosos y miles de familias católicas laicas.
En febrero de este año, la dictadura también desterró y desnacionalizó a 222 presos políticos a quienes además les confiscó sus bienes y propiedades, incluyendo sacerdotes, abogados, empresarios, periodistas, médicos, estudiantes, campesinos, feministas y otros activistas y civiles.