El obispo católico de Matagalpa, Rolando Álvarez, enfrentará este martes su primera audiencia en un proceso que ilustra la persecución política y religiosa que vive la Iglesia católica nicaragüense de parte de la dictadura Ortega-Murillo.
Álvarez, secuestrado por las fuerzas de la dictadura desde agosto pasado, está acusado por el Estado orteguista de los supuestos delitos de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüenses”.
El obispo, un férreo crítico de la dictadura Ortega-Murillo, sufrió acoso, persecución y hostigamiento del régimen que incluso le llegó a impedir salir de la Curia episcopal de Matagalpa para poder oficiar misa en la Catedral de la ciudad.
El 19 de agosto pasado, fuerzas de seguridad de la dictadura irrumpieron en la Curia episcopal de Matagalpa y lo capturaron violentamente junto a sacerdotes y laicos que lo acompañaban en ese momento. Álvarez fue golpeado por policías del régimen orteguista.
Desde entonces no se conoció su paradero hasta que Álvarez fue presentado el 13 de diciembre pasado ante los tribunales orteguistas para una audiencia preliminar, en cuya judicatura le dictaron arresto domiciliar.
“Será un día para la infamia para el obispo Rolando Álvarez, en una fecha muy simbólica por un aniversario del asesinato de Pedro Joaquín Chamorro, por cuestionar a otra tiranía, y el obispo está criminalizado por no callar y al igual que los otros obispos criminalizados, optó por los oprimidos, por eso está privado de su libertad”, denunció Gonzalo Carrión del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca más.
Según Carrión, la dictadura orteguista “solo le dará formalidad a la represión contra el obispo a través del instrumento llamado Poder Judicial para ponerle algún vicio de legalidad a un proceso que no tiene ni forma ni fondo de ninguna manera”.
El sacerdote Edwing Román, otro perseguido por la dictadura que tuvo que exiliarse en Miami, comparó la situación de Álvarez con el juicio del Sanedrín a Jesucristo.
“Caifás le pregunta a Jesús: “¿No respondes nada? ¿Qué hay de lo que estos hombres testifican contra ti?” (Marcos 14:60). Jesús se queda callado ante la acusación falsa montada con testimonios que no concuerdan. Monseñor Rolando Álvarez, estamos contigo”, escribió Román.