El Clan del Golfo: la mafia detrás del fenómeno migratorio del Darién

El drama de muchos es el negocio de otros y en la frontera entre Panamá y Colombia se vive con la oleada migratoria sin precedentes. La mafia se aprovecha de las necesidades de los viajes irregulares y su desesperación.

La violencia sexual afecta a las migrantes que cruzan por la Selva del Darién.

Un jugoso botín de más de $700 millones anuales estaría ganando la organización transnacional mafiosa El Clan del Golfo, por movilizar a cientos de miles de personas desde Sudamérica a través de la selva del Darién en Panamá.

Así lo denunció Jorge Gobea, director del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá, ante la prensa nacional.

“Al ver y aprovechar la oportunidad del fenómeno global migratorio, y la inestabilidad en los países de la región; principalmente Haití, Venezuela y Ecuador, ellos se han dado cuenta que esta es una forma de lucrar. Esta es una actividad que le representa al Clan del Golfo $700 millones”, afirmó Gobea en declaraciones a TVN.

Paramilitares al frente del negocio

Lo mismo señaló el ministro de Seguridad, Juan Manuel Pino, en una gira a la zona de tránsito.

“Hay una economía falsa detrás de este flujo migratorio. Las personas se aprovechan y les cobran, inclusive ya vienen con paquetes de países del sur para transitar”, dijo.

“Las organizaciones criminales cobrando y haciéndose millonario a través de estas personales para darles una perspectiva falsa. Hablo especialmente del Clan de Golfo”, denunció Pino.

El Clan del Golfo, también conocido como Clan Úsuga, Los Urabeños, Bloque Héroes de Castaño y Autodefensas Gaitanistas de Colombia, es un grupo armado organizado narcoparamilitar que forma parte del conflicto armado interno en Colombia.

Ofertas de “beneficios” en “viaje” por el Darién

De acuerdo con las estadísticas de Panamá, más de 390.000 personas han cruzado la jungla en lo que va de año, al menos el 20 % menores de edad, una cifra sin precedentes.

Según investigaciones periodísticas, los mafiosos prometen viajes “VIP” con “guía experimentado”, “seguros” y otros beneficios. 

Incluso, según medios colombianos, se han sumado agencias internacionales que comercializan planes vacacionales que incluyen cruzar el Darién, haciendo que la frontera no solo sea utilizada por migrantes, principalmente venezolanos, que tienen como objetivo llegar a Estados Unidos, sino también personas que solo quieren vivir la experiencia.

“Hasta le ponen brazaletes para identificar a los que pagaron el servicio”, “El gobierno debe intervenir”, “Esto es una tragedia, ahora incluir a los animales, dentro del gran conflicto migratorio”, son algunos de los comentarios dejados por los usuarios en la publicación.

En un informe de The New York Times, organizaciones no gubernamentales han lanzado servicios de migración dentro de la Fundación Social Nueva Luz del Darién, que desde Colombia fijan tarifas para los migrantes.

“El trayecto en lancha para llegar al bosque tropical: 40 dólares. Un guía que te lleva por la ruta peligrosa cuando empiezas a caminar: $170. Alguien que carga tu mochila en las lomas lodosas: $100. Un plato de pollo con arroz tras un día de escalar laboriosamente: $10. Paquetes especiales con todo incluido para que el esfuerzo riesgoso sea más rápido y soportable (con tiendas, botas y otros básicos): $500, o más”, reveló The New York Times.

Una ruta de muerte, violencia y dolor

Un informe de diciembre de 2022 de la Fundación Ideas para la Paz, reveló que El Clan del Golfo tiene control territorial sobre El Darién y el Urabá antioqueño, cerca de la frontera.

El Darién es una zona selvática compartida por Colombia y Panamá que representa la conexión terrestre entre América Central y América del Sur.

Del lado colombiano se compone de los municipios de Acandí, Unguía, Riosucio y Juradó, en el Chocó; del lado panameño, de la provincia del Darién y la comarca Emberá Wounaan.

La travesía por el Darién implica pasar una de las selvas más espesas del mundo.

Según Médicos Sin Fronteras, hay 3 peligros principales: el primero es la exigencia física del recorrido, una caminata por la selva que puede durar hasta 10 días, en condiciones precarias, sin medicamentos ni atención en salud cercana.

El segundo son los ríos, cuyas corrientes son fuertes y pueden cambiar repentinamente. Una cantidad indeterminada de personas han perdido la vida en la selva de estas dos formas.

El tercero es la violencia, expresada en robos frecuentes y violencia sexual contra mujeres y personas LGBTQI+. Según Médicos sin Fronteras, se estima que han ocurrido cerca de 400 casos de violencia sexual entre abril del 2021 y junio del 2022.

Exit mobile version